LA ERA MILEI

Gremios industriales bajo presión del modelo libertario e impacto en el empleo

La confederación de sindicatos fabriles denunció despidos, cierre de empresas y flexibilización. Economistas advierten por una oleada de desindustrialización y un modelo que prioriza la competitividad sobre los derechos 

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El mapa gremial en la era de La Libertad Avanza está atravesado por el modelo económico libertario, cuyos efectos se aprecian con nitidez en la industria. Para concentrar la síntesis, las desventajas golpean con mayor fuerza a los rubros que más mano de obra insumen, mientras que las ventajas se concentran en aquellos con menor participación del factor humano. Los salarios, los convenios colectivos de trabajo y los comités de seguridad e higiene en las plantas reflejan también la estrategia que aplica la gestión de Javier Milei.

“Sin industria no hay Nación”, proclaman los gremios mientras denuncian despidos, ajuste y flexibilización. En bloque compacto, la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) viene de reseñar la desaparición de más de 1.000 empresas desde 2023. El informe consigna también la pérdida de más de 31.000 empleos formales en la industria; cifra que asciende a 100.000 si se suman los sectores de la construcción y la minería, ambos de fuerte interacción fabril.

Al enumerar las causas, sindicatos como la UOM apuntan a la apertura indiscriminada de importaciones, al crédito inaccesible y a la parálisis del mercado interno como los principales factores del retroceso.

 

Este fenómeno, con antecedentes históricos, es analizado por especialistas vinculados a los sindicatos y al Foro de Economía y Trabajo (FEYT). Uno de ellos es Pablo Manzanelli, docente de Flacso e investigador del Centro de Investigación y Formación (CIFRA) de la CTA de los Trabajadores. El economista se refiere a una merma causada por “errores no forzados” y aporta una lectura de largo plazo: en la segunda oleada de desindustrialización, el valor agregado industrial se redujo un 19,0% entre 2011 y 2024; mientras que en la primera lo había hecho en un 10,3% en el doble de años, entre 1976 y 2002.

Manzanelli explicó a este diario que esta considerable magnitud de la crisis industrial actual se explica por lo ocurrido en las administraciones de Cambiemos (2016-2019) y en el primer año de La Libertad Avanza, en 2024, cuando la industria descendió un 3,6% anual y un 9,2%, respectivamente. Además, subrayó que durante la última presidencia de Cristina Fernández de Kirchner la caída fue del 1,6% anual; y que en el período del Frente de Todos, pese a los retrocesos de 2020 y 2023, se registró una expansión promedio del 2,3% anual.

El investigador consignó además el coeficiente de industrialización, donde la reducción fue de 8,5 puntos porcentuales entre 1974 y 2002, frente a un descenso de 3,4 puntos entre 2011 y 2024. “Esto ocurrió en un contexto donde también cayó la participación del valor agregado industrial argentino respecto al promedio latinoamericano, con una baja de casi 7 puntos porcentuales”, acotó.

Competitividad versus derechos laborales

Pese al retroceso general de la actividad industrial, tanto economistas afines al modelo libertario como los más críticos coinciden en que algunos sectores muestran comportamientos diferenciados frente al ajuste. Mientras la construcción, la metalmecánica, la automotriz y la textil figuran entre los más castigados por la caída del consumo, la paralización de la obra pública y la apertura importadora; otros rubros vinculados a la agroindustria, la energía (en especial los yacimientos de Vaca Muerta) y la producción de alimentos procesados han logrado sostener niveles de actividad más estables.

Según especialistas que asesoran a gremios, “no fue magia”, sino el empuje de algunas exportaciones y el marco que ofrece la reforma laboral impulsada por el Gobierno, que apunta e insiste en flexibilizar contrataciones, reducir indemnizaciones y debilitar convenios colectivos. Estas modificaciones aparecen como un aliciente para los sectores más concentrados del capital.

Sin embargo, los mismos especialistas advierten que existe un riesgo directo y creciente para los trabajadores de las ramas más intensivas en empleo. En todos los casos, se consolida un modelo que prioriza la competitividad a costa de derechos laborales y de una demanda interna contenida.

 

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