La Confederación General del Trabajo (CGT) iniciará este miércoles el proceso de renovación de su cúpula durante un Congreso que se desarrollará en el estadio de Obras Sanitarias. Desde las 9.30, en el barrio porteño de Núñez, la jornada estará atravesada por tensiones internas y el debate sobre el rumbo político y sindical que deberá asumir la central en el segundo tramo del gobierno libertario.
Para el Congreso cegetista están habilitados 2.186 congresales, representantes de 210 organizaciones confederadas, distribuidos según la cantidad de afiliados cotizantes del último año. Los 25 sindicatos más poderosos concentran 1.596 delegados, léase el 73% del total.

El plenario elegirá por lista completa y voto secreto un Consejo Directivo de 50 miembros, repartidos en 36 secretarías y 14 vocalías, con paridad de género en la mayoría de los puestos. La Junta Electoral, integrada por doce miembros no candidatos, tendrá a su cargo la validación de los avales —equivalentes al 3% de los presentes— y la proclamación de la nueva conducción. Además, se presentarán las memorias y balances del período 2021-2024, se debatirá la coyuntura nacional y se designará la Comisión Revisora de Cuentas.

Antesala

En la previa, algunos referentes sindicales estiman que prevalecerá el esquema de triunvirato como fórmula de equilibrio entre sectores. Según fuentes consultadas, Jorge Sola (Sindicato del Seguro) y Cristian Jerónimo (Vidrio) figuran entre los nombres con mayores posibilidades de integrar la nueva cúpula colegiada. El tercer lugar se mantiene como una incógnita. Sectores adscriptos a Hugo Moyano impulsan la continuidad de Octavio Argüello, quien ocupó ese espacio tras la renuncia de Pablo Moyano, ruptura que aún no cicatrizó.

Por su parte, las dirigentas sindicales insistieron en tener representación en la nueva conducción. En su último encuentro en Azopardo difundieron un documento titulado “Es la hora, compañeras”, donde reivindican el derecho a ocupar lugares de decisión. En ese contexto, Maia Volcovinsky (Judiciales) suena como una de las posibles incorporaciones para la conducción compartida.

En la antesala del encuentro, el dirigente bancario y diputado nacional de Unión por la Patria, Sergio Palazzo, expresó su respaldo a la idea de una conducción unipersonal y su rechazo al perfil dialoguista del actual triunvirato. “Nosotros somos afines a que haya un solo secretario general. El triunvirato fue una transición. En caso de una votación, vamos a votar por el unicato”, afirmó en declaraciones a Futurock.

El planteo de Palazzo converge con la posición del espacio industrial y del transporte encabezado por Abel Furlán (UOM), que también reclama una CGT de perfil más combativo frente al Gobierno, dentro de la tónica política esas organizaciones adhieren a la figura de Cristina Fernández.
El debate central enfrenta, así, a dos grandes corrientes: el ala dialoguista, que busca sostener el actual esquema colegiado, y el sector combativo, que impulsa un liderazgo único capaz de articular una respuesta política y gremial más firme.
El dirigente Luis Barrionuevo, alejado de la mesa chica ampliada que tuvo lugar días atrás en la UOCRA, mantiene a su vez sus propios candidatos para la pulseada final.

“Solos en la madrugada"

Como ocurre en cada Congreso cegetista, los juegos de equilibrio y las negociaciones suelen extenderse hasta la madrugada previa. Lo mismo sucedió en el último encuentro, celebrado en 2021 en Parque Norte, cuando las definiciones se conocieron a minutos del inicio formal de la votación.
Además de la renovación de autoridades, se discutirán las designaciones en las 50 secretarías y vocalías en juego, particularmente en áreas estratégicas como Organización, Relaciones Laborales, Interior y Finanzas, donde se prevén cambios relevantes.

El Congreso marcará, en definitiva, un nuevo punto de inflexión para la CGT, que deberá redefinir su papel político, su estrategia de negociación y su identidad de cara a un escenario económico y social cada vez más desafiante. El Congreso llega en un momento bisagra: con un gobierno que busca reescribir las reglas del trabajo y un movimiento obrero que debate entre el pragmatismo y la resistencia. Desde 1983, cada cambio de conducción de la CGT reflejó las tensiones de su tiempo; esta vez, el desafío será sobrevivir unidas en medio de una tormenta que todavía no amaina.