Mauricio Macri ordenó que el PRO rechace en el Senado la designación de Ariel Lijo, en medio de las tensiones con el gobierno de Javier Milei. Por fuera de los cuestionamientos a los postulantes elegidos, dentro del partido amarillo algunos otros dirigentes directamente ponen en cuestión la decisión del presidente de saltearse al Congreso y nombrar a los jueces por decreto.

El ex mandatario dijo desde un comienzo que no quería que Lijo integrara el Máximo Tribunal, incluso se lo hizo saber al jefe de Estado en una de las últimas conversaciones que mantuvo con él, antes de que el vínculo se resquebrajara, producto de las dificultades para cerrar un acuerdo entre ambos espacios políticos para estas elecciones. 

"La mayoría del bloque va ir en contra del pliego de Lijo", afirmó el jefe de la bancada de senadores del PRO, Alfredo De Angeli, a la salida de una reunión con Macri en la sede nacional del partido. Sin embargo, sobre García Mansilla se mostró más cauteloso y remarcó que es un tema que tiene que "hablar con los integrantes del bloque".

En el encuentro en el que Macri bajó la orden de votar en contra del pliego de Lijo, también estuvieron los diputados nacionales Cristian Ritondo y Diego Santilli, los intendentes Guillermo Montenegro (Mar del Plata) y Soledad Martínez (Vicente López); y el secretario general del partido, Facundo Pérez Carletti.

La decisión de Milei de avanzar por decreto con las designaciones de Lijo y García Mansilla avivó el enojo de Macri contra el gobierno, que se muestra cada vez más lejos del PRO, no así de algunos dirigentes, que podrían pasarse a las filas libertarias. Uno de los argumentos que utilizan en el oficialismo para rebatir las críticas del macrismo es que el propio ex presidente nombró a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz durante la administración de Cambiemos. Aún así, ninguno pudo asumir hasta que fue ratificado por el Senado.

"Ahora el problema ya no son los candidatos, sino el modo de designación y eso incluye a los dos nombrados", dijo una legisladora del PRO, molesta por la actitud del Ejecutivo nacional de evitar al Congreso. 

En el macrismo sostienen que es posible avanzar con el rechazo del pliego de Lijo, debido a que ya tiene dictamen; mientras que no hay tanto consenso sobre qué postura adoptar con García Mansilla, aunque desde el resto de la oposición sostienen que ambos nombramientos deben ser rechazados.