Milei redobla la apuesta: “El problema no es una actriz, es una arquitectura cultural”
El Presidente no cesa sus críticas contra Lali Espósito y esta vez cargó contra "los seres más miserables de la política"
El presidente Javier Milei redobló la apuesta en su “batalla cultural” tras el cruce con la cantante pop y actriz Lali Espósito. “La raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica", sostuvo en su cuenta de X (antes Twitter).
En dos entrevistas, Milei cargó contra Lali por los recitales que dio a cargo de distintas administraciones estatales. "Si querés agredir, tenés que estar limpio. Si sos un parásito que vivió chupando de la teta del Estado, estás en problemas y, si encima tus opiniones están en línea a un espacio político que te pagó las presentaciones, sos un mecanismo de propaganda, no sos un artista", lanzó Milei en declaraciones radiales.
Las declaraciones del Presidente provocaron que artistas, músicos, periodistas, e incluso el colectivo Ni una Menos, respaldaran a la cantante de 32 años. La propia Lali respondió a Milei con un video en redes sociales y una carta donde relató su vida profesional.
"Respeto, aunque no comparto, que su plan dé la espalda o no priorice a la cultura, pero creo que la demonización de una industria y de las personas que la conforman no es el camino, siento que la asimetría de poder entre Ud y los que ataca por pensar distinto y la información falsa vuelve a su discurso injusto y violento", escribió la artista.
Ahora, Milei redobló la apuesta y en Twitter publicó un extenso mensaje que tituló "desarmando el Gramsci Kultural", en referencia al filósofo, teórico marxista, político, sociólogo y periodista, Antonio Gramsci.
En su posteo, Milei sostuvo que "este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima". "Gramsci señalaba que para implantar el socialismo era necesario introducirlo desde la educación, la cultura y los medios de comunicación", señaló.
En esta línea, consideró que Argentina "es un gran ejemplo de ello", y argumentó que cuando se "expone la hipocresía de cualquier vaca sagrada de los progres bienpensantes, se les detona la cabeza".
"Inmediatamente, acuden a todo tipo de respuestas emocionales y acusaciones falsas y disparatadas con el objetivo de defender a capa y espada sus privilegios", reparó Milei en respuesta al respaldo que tuvo Lali Espósito por parte de todo el arco artístico.
"Así no solo quedan expuestos aquellos que reciben los privilegios de los políticos en términos de remuneraciones no validables al mercado, sino que también quedan expuestos aquellos políticos, gobernadores e intendentes que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política", prosiguió Milei en su posteo.
DESARMANDO EL GRAMSCI KULTURAL
La raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica.
Este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima..
Gramsci señalaba que…
Y arremetió contra "los seres más miserables de la política" que "aparecen en busca de alguna ventajita que se apalanque en lo políticamente correcto (aunque en el fondo implique un acto violento)". "Sin dudas, cualquiera sea la columna que se denuncie del edificio de Gramsci, los receptores de privilegios de las otras dos saldrán en su auxilio", indicó.
Milei consideró que "lo más maravilloso de la batalla cultural llevada a la política" es que "cuando uno señala las vacas sagradas del edificio de Gramsci, automáticamente genera una línea de separación entre los que viven de los privilegios del Estado y las personas de bien".
"Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos. Bueno, nosotros venimos a terminar con eso", completó e insistió que "muchos no la ven y no pueden disfrutar de esta clase aplicada". "Viva la libertad carajo", concluyó.