En jornadas de tenue descompresión, las autoridades de Aerolíneas Argentinas (AA) no solo retomaron las negociaciones con los sindicatos aeronáuticos en materia salarial sino que dieron marcha atrás respecto a las sanciones contra 376 trabajadores que habían participado en medidas de fuerza que paralizaron el servicio de la empresa. Va de suyo que los sindicatos aquí y en el mundo se distinguen por su poder de fuego, léase impacto de planes de lucha o reclamos en áreas sensibles. Desde lo protocolar, Aerolíneas propuso suspender sanciones mientras transcurre la negociación y también hacer una oferta salarial para la próxima paritaria. Ese será el temario de próximas reuniones.

Ahora con acordes de rock duro, el titular de APLA, Pablo Biró, apuntó a la presentación de la compañía con críticas. "Malvido (Luis) hizo una prsentación donde quedó en evidencia la propia preparación que tiene para conducir Aerolíneas", reseñó Biró respecto al presidente de AA.

La empresa decidió retroceder en cuanto a la postura inicial que articuló para desconocer el reclamo de los sindicatos, respecto a que la cláusula gatillo de su paritaria debió activarse en septiembre, con lo cual la actualización del convenio tendría la dinámica de rigor. "En verdad no hay lugar para jactarnos de nada, lo que prima es la tristeza de ver a una empresa estratégica en manos de incapaces", asestó el titular de APLA ante la consulta de este diario. El bloque de los gremios aeronáuticos considera que en octubre los trabajadores deberían haber percibido la mejora del 6,5% por la cláusula de ajuste automático, mientras que para AA la activación del gatillo paritario deberá regir en la próxima negociación de sueldos. En el medio de toda la cuestión, todavía se mantienen como brasas la comparación que realizó el Gobierno entre sueldos de pilotos versus sueldos de docentes. "En realidad es una comparación poco feliz porque además revela que los maestros todavía no pudieron sellar su paritaria del año", deslizaron.