CONGRESO

Visita a genocidas: LLA busca cerrar el capítulo pero ahora tiene una nueva "arrepentida"

La diputada libertaria Lourdes Arrieta, que participó del encuentro con el represor Alfredo Astiz, dijo que fue "engañada". El mismo argumento utilizó días atrás su par Rocío Bonacci para despegarse del escándalo.  

gvulcano

Pocas horas después de que en la bancada de la Libertad Avanza dieron por sepultado el escándalo por la visita a un grupo de genocidas, la diputada libertaria Lourdes Arrieta, que participó del tour al penal de Ezeiza el 11 de julio pasado, dijo que fue "engañada" y que estuvo con el represor Alfredo Astiz pero que no sabía quién era. Su testimonio se suma al de Rocío Bonacci, la otra legisladora que fue parte de la comitiva que también se despegó del asunto con un argumento similar.   

Ninguna de las dos diputadas libertarias "arrepentidas" estuvieron en la reunión que se realizó el martes último por la noche en el Salón Blanco de la Cámara baja. Al inicio del encuentro, se habló de la agenda legislativa y luego de la visita que organizó el entrerriano Beltrán Benedit. Casi nadie quiso opinar del tema; por el contrario, varios se apuraron a darlo por terminado. "Fue una operación de prensa", sentenció uno de los diputados. La decisión que se tomó desde la presidencia del cuerpo es que ninguno de los seis legisladores que participó de la cumbre con los genocidas sea reprendido ni amonestado. El objetivo es encapsular el conflicto y que quede en el olvido. En todo caso, será tarea de la oposición conformar una comisión especial para establecer alguna sanción disciplinaria.   

En la bancada libertaria que conduce Gabriel Bornoroni respiraron más o menos aliviados. Aunque el malestar interno continúa, por esta cuestión y otras tantas, al menos no tuvieron que enfrentar la fuga de Bonacci y Arrieta. Ambas dejaron trascender que están analizando dejar el espacio. Hasta ahora, se limitaron a cuestionar a Benedit y, de manera un poco más velada, al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem

Sin embargo, la tranquilidad duró poco. Este miércoles, Arrieta se encargó de dar su versión de la visita a Astiz, responsable del secuestro y la desaparición de las dos monjas francesas, Alice Dumond y Leonide Duquet, y de las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce de Bianco, entre otros crímenes de lesa humanidad.   

Estuve y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras y no tenía ni idea”, dijo la diputada mendocina, en diálogo con MDZ Radio. 

“Fue una reunión que fuimos engañados un grupo de diputados. No puedo decir si todos lo sabían o no, pero en el caso de la diputada Bonacci y como yo, empezamos a hablar de este tema porque en un momento teníamos angustia y entramos en un estado de shock. Y en este tiempo me envalentoné y decidí salir a contar lo que fue”, agregó Arrieta, quien apuntó directo contra Benedit. No dijo nada de los otros diputados que estuvieron, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo y Alida Ferreyra.

La legisladora libertaria aseguró que tuvo que "googlear" los nombres de las personas con las que se reunió para identificarlas y remarcó: “Nunca supimos que íbamos a la Unidad 31, ni tampoco a ver justamente a los represores. A los cuales repudio completamente y a todo acto de violencia, sobre todo a los delitos de lesa humanidad”.

Arrieta es hija de un veterano de Malvinas y se siente parte de la familia militar. Pero lo que más llama la atención de sus declaraciones es que es muy cercana a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y aún así decidió romper el silencio, incluso a costa de perjudicar a su bloque. Algunos libertarios creen que ella y Bonacci resolvieron hablar en el marco de una estrategia que busca cargar toda la culpa sobre Benedit, que no sólo no se mostró arrepentido, sino que además en un chat de legisladores no tuvo empacho en catalogar a los genocidas como "ex combatientes que libraron batallas contra la subversión marxista".

Si bien Benedit fue quien organizó la excursión a Ezeiza, el que hizo de nexo con los represores es Montenegro, ex mano derecha de Victoria Villarruel. El diputado por la provincia de Buenos Aires está distanciado de la vicepresidenta, pero mantiene los vínculos con varios militares, incluso con quienes están detenidos por violaciones a los derechos humanos. 

La reunión con los genocidas tenía como finalidad -según fuentes libertarias- empezar a tejer una estrategia conjunta entre el Congreso y los detenidos mayores de 70 años para que cumplan su pena en prisión domiciliaria. Pero además están quienes son partidarios de dar un paso más allá para amedrentar a los jueces a cargo de las causas de lesa humanidad, denunciándolos en el Consejo de la Magistratura

Del último informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, se desprende que de las 642 personas detenidas por delitos de lesa humanidad, 508 están con prisión domiciliaria, es decir, el 80 por ciento. Sólo 78 se encuentran en establecimientos penitenciarios y 56 en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, que funciona en Campo de Mayo.

En la oposición están decididos a repudiar la visita a los genocidas, pero además los diputados de Hacemos Coalición Federal y la UCR están dispuestos a acompañar el pedido del bloque de Unión por la Patria para conformar una comisión especial que analice la conducta de los seis diputados libertarios. El peronismo hará esa propuesta en la próxima sesión del 7 de agosto

Al igual que Bonacci, Arrieta adelantó que votará a favor de que se constituya la comisión y brindará toda la información que sea necesaria. 

 

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