Alfombras: aliadas invisibles para cortar el frío del piso
Colocar alfombras gruesas en zonas clave mejora la sensación térmica del hogar y evita la pérdida de calor por contacto con superficies frías
En invierno, los pisos fríos son una de las causas más comunes de incomodidad térmica. Aunque no siempre se note, el contacto constante con superficies de cerámica, baldosas o cemento genera una transferencia de calor del cuerpo hacia el suelo, lo que enfría los pies y la temperatura general. Una forma sencilla de contrarrestar este efecto es usar alfombras.
Las alfombras funcionan como aislantes térmicos: impiden que el calor se pierda por el piso y ayudan a mantener más estable la temperatura del ambiente. Incluso en tamaños pequeños, colocadas en lugares estratégicos —como al pie de la cama, en el living o bajo la mesa— generan una diferencia inmediata.
Además, hay opciones de alfombras sintéticas o de materiales reciclables que permiten mejorar el aislamiento sin gastar de más. Con un diseño adecuado, también pueden complementar la estética del espacio y aumentar la sensación de abrigo visual.
Una alfombra puede convertirse en un gran aliado dentro del home office, ya que aporta confort acústico y térmico, dos factores clave para lograr un ambiente propicio para la concentración y el desarrollo eficaz de las tareas. Además de mejorar la sensación de abrigo, las alfombras ayudan a reducir los ruidos del entorno, lo que favorece un trabajo más silencioso y enfocado.