Un equipo multidisciplinario del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha identificado por primera vez los mecanismos mediante los cuales los nanoplásticos alteran la función tiroidea. Este descubrimiento, realizado a través de estudios in vitro con modelos celulares y moleculares, podría tener implicaciones significativas para la salud, dependiendo del tiempo y los niveles de exposición a estas partículas. Los nanoplásticos, que surgen de la degradación de plásticos mayores, son partículas diminutas con un tamaño inferior a una micra, lo que les permite atravesar barreras biológicas y acumularse en tejidos humanos.

El estudio, publicado en la revista 'Journal of Hazardous Materials', fue liderado por los investigadores Mónica Torres Ruiz y Antonio De la Vieja. Utilizando modelos celulares de laboratorio, se analizó el impacto de nanopartículas de poliestireno en las vías celulares tiroideas. Estas células son responsables de la síntesis de hormonas tiroideas, fundamentales para la señalización celular y especialmente importantes durante el desarrollo fetal y la lactancia. Se observó que las partículas de nanoplásticos, de apenas 30 nanómetros, se acumulan rápidamente en el interior de las células, provocando alteraciones en genes y proteínas clave para la producción y transporte de hormonas tiroideas.

Entre los hallazgos más relevantes, se destaca la disminución de la expresión de moléculas como el transportador de yodo (NIS) y la tiroglobulina (Tg), así como un aumento del estrés oxidativo celular. Además, el estudio establece un umbral de exposición de 11 partículas por célula, a partir del cual se producen efectos de disrupción endocrina. Estos resultados sugieren que los nanoplásticos podrían contribuir al desarrollo de enfermedades como el hipotiroidismo o trastornos del neurodesarrollo en personas expuestas a estos contaminantes.

El trabajo subraya la necesidad de incluir a los micro y nanoplásticos en las evaluaciones de riesgo químico y propone el uso de nuevas metodologías de evaluación toxicológica para estimar su posible impacto en la salud humana. Este estudio multidisciplinario del ISCIII incluye a investigadores de diversas unidades, como la Unidad de Tumores Endocrinos, la Unidad de Toxicología Ambiental, la Unidad de Evaluación de Riesgo, y las Unidades de Microscopía Óptica y Electrónica.