Cada tanto, la vida nos invita a detenernos y poner intención en lo que hacemos. Los rituales cumplen ese rol: son acciones simbólicas que unen mente y corazón para crear un momento distinto de lo cotidiano. No hace falta que sean complejos ni religiosos, basta con gestos simples como encender una vela o escribir en un papel aquello que queremos dejar atrás.

Durante el “corredor de eclipses” —ese lapso de dos semanas que abre un portal energético—, los rituales se vuelven especialmente potentes. Te proponemos uno en 5 pasos que transforma tu energía y te ayuda a enfocar tu propósito.

Paso 1: prepará tu espacio

Buscá un rincón tranquilo, de preferencia con luz natural o aire fresco. Encendé una vela blanca para traer claridad y, si tenés, un incienso suave como lavanda o sándalo.

Paso 2: escribí lo que soltás

En una hoja, anotá qué situaciones, hábitos o emociones ya cumplieron su ciclo. Podés usar frases cortas:

- “Suelto la necesidad de control”

- “Suelto el miedo a no ser suficiente”

Paso 3: escribí lo que abrís

En otra hoja, anotá lo que querés invitar a tu vida:

- “Abro mi corazón a nuevas conexiones”

- “Abro espacio a oportunidades laborales que me inspiren”

Paso 4: hacé un acto simbólico

Quemá (con cuidado) la hoja de lo que soltás y dejá que las cenizas descansen en un cuenco o maceta. Guardá la hoja de lo que abrís en tu cuaderno o diario, como semilla para los próximos meses.

Paso 5: cerrá con gratitud

Agradecé en voz alta, aunque sea con un simple “gracias”. Apagá la vela sabiendo que tu energía ya está en movimiento.

Un nuevo comienzo en tus manos

Este ritual no necesita grandes preparativos, solo tu intención y tus ganas de conectar con lo que querés para vos. En tiempos donde los velos energéticos son más finos, cada pensamiento y emoción se potencia. Elegí con amor lo que sembrás en tu interior y dejá que el universo te sorprenda.