El regreso a las oficinas reveló un alarmante déficit de habilidades sociales
Empresas de EEUU contratan coaches de etiqueta para reeducar a empleados jóvenes sin experiencia presencial. No saben cómo vestirse, conversar o usar un tenedor sin desentonar
La orden de volver a la oficina puso en evidencia una grieta que va más allá de lo laboral: miles de trabajadores, especialmente jóvenes, exhiben un déficit alarmante de habilidades sociales. Muchos iniciaron su carrera profesional en Zoom o Slack, sin aprender jamás cómo comportarse frente a un cliente, cómo iniciar una conversación educada o incluso cómo sentarse a la mesa sin desentonar.
Ese desajuste encendió las alertas en el mundo corporativo. Según una encuesta de 2024 del sitio Intelligent.com, la mitad de los empleadores estadounidenses comenzó a contratar profesionales para reeducar a empleados sin experiencia presencial. En paralelo, seis de cada diez líderes empresariales consultados por Resume Builder en 2023 reconocieron que imparten clases de etiqueta para mejorar la capacidad de diálogo y las normas básicas de convivencia.
Un éxito de Tik TokLejos de sonar anacrónico, el furor por las buenas maneras encontró un terreno fértil en TikTok. Allí, el hashtag #etiquette acumuló miles de millones de vistas, con un protagonista indiscutido: William Hanson. A los 35 años, este instructor británico dirige el instituto The English Manner y se convirtió en el referente más buscado por empresas, diplomáticos y usuarios confundidos. Su video más famoso, en el que enseña a comer arvejas con cuchillo sin “empujarlas como si fueran con pala”, superó los 100 millones de reproducciones.
“El proceso de comer, si somos honestos, puede ser desagradable”, explicó Hanson durante un desayuno en el Tick Tock Diner de Nueva York, cuenta una nota de The Wall Street Journal. Vestido con saco azul marino cruzado, camisa blanca almidonada y una flor de seda en el ojal, recomendó evitar los platos ruidosos o difíciles de manipular: “Nadie quiere ver una autopsia en el plato”.
Con más de seis millones de seguidores, Hanson da consejos sobre cómo entrar a una reunión sin parecer perdido, cómo escupir un carozo de aceituna (spoiler: “usar los dedos está bien”) o cómo evitar gestos que incomoden a otros. Parte del éxito de sus tutoriales reside en su tono directo, su claridad y un diagnóstico simple pero certero: “En ninguna generación la etiqueta se enseñó bien en la escuela. Los padres creen que se enseña en clase y los docentes suponen que se aprende en casa. Pero nadie la enseña”.
El desborde de la informalidad no es exclusivo de TikTok. En el sector bancario británico, Hanson recibió una consulta tras un episodio insólito: un ejecutivo vio a un joven graduado comer arvejas usando el cuchillo como si fuera una cuchara o un tenedor. “No podemos permitir eso frente a los clientes”, dijo. Desde entonces, el coach ofrece capacitaciones donde enseña a esperar a que todos tengan su plato, a llenar la copa del otro antes que la propia y a terminar el plato al mismo tiempo que el resto.
La pandemia de Coronavirus potenció la demanda. Hanson, que antes viajaba seguido a China para enseñar el paso básico de baile a chicos de 4 y 5 años, adaptó sus clases a formato virtual. En 2020, muchos buscaban reglas para comportarse en videollamadas. Hoy, en cambio, el foco volvió al cuerpo: gestos, tono de voz, mirada, postura, presencia.
Curiosamente, los estadounidenses, pese a su fama de desfachatados, resultaron más receptivos que los británicos. “Un empleado inglés suele decir: ‘¿En serio tenemos que hacer esto?’. En cambio, en EEUU reaccionan con entusiasmo: ‘¡Entrenamiento! ¡Desarrollo! ¡Crecimiento personal!’”, comparó Hanson.
Afuera, entre bocinazos, carros de comida y grúas en Manhattan, Hanson avanza sin alterar el paso. No busca imponer un mundo de rigidez, dice, sino enseñar a compartir el espacio con cortesía. Y aunque no lo admite con cinismo, deja entrever una confianza inquebrantable: “Yo creo que los buenos vamos a reír últimos”.