Durante mucho tiempo, se ha difundido la creencia de que dormir con plantas en el dormitorio es perjudicial para la salud, ya que supuestamente consumen oxígeno durante la noche. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que esta idea es un mito.

En ausencia de luz, las plantas efectivamente dejan de realizar la fotosíntesis y pasan a la respiración celular, un proceso en el que absorben oxígeno y expulsan dióxido de carbono.

No obstante, la cantidad de oxígeno que absorben es insignificante para la salud humana.

 

 

 

Según cálculos del científico Martin Gent, a lo largo de una noche, una persona consume entre el 2% y el 3% del oxígeno de una habitación cerrada de 20 m², mientras que una planta en maceta apenas llega al 0,1%.

Comparado con dormir acompañado de otra persona o de una mascota, el impacto de una planta es irrelevante. Por lo tanto, no hay razón para preocuparse por la presencia de plantas en el dormitorio.

 

 

Estudio de la NASA

La confusión sobre el impacto de las plantas en el aire interior se vio alimentada por un estudio de la NASA de 1989, que muchos interpretaron erróneamente como prueba de que las plantas podían influir de forma decisiva en el aire interior.

En realidad, aquel trabajo, dirigido por el investigador Bill Wolverton, no analizaba el consumo de oxígeno, sino la capacidad de ciertas especies para reducir compuestos orgánicos volátiles (COV) en ambientes cerrados.

 

La investigación de Michael Warning

Una revisión publicada en 2019 por Michael Waring en Nature analizó más de 190 experimentos previos y concluyó que el efecto de las plantas en espacios cotidianos es muy limitado. Para lograr el mismo impacto que una ventilación normal de una hora, sería necesario colocar entre 100 y 1.000 plantas en una sola habitación. Por tanto, dormir con plantas en la habitación no supone ningún riesgo.

Además, las plantas aportan beneficios reales: decoran, ayudan a crear un ambiente más agradable y pueden reducir el estrés, contribuyendo a una mayor sensación de bienestar en casa. La clave, como recuerdan los expertos, está en mantener la habitación ventilada al menos una vez al día durante una hora, una medida suficiente para garantizar la calidad del aire en cualquier hogar.