Ciencia

Inversión térmica: por qué los aviones parecen más ruidosos por la noche

Esto se debe a la reducción de vuelos y a las condiciones atmosféricas que favorecen la propagación del sonido. Descubre cómo la física del aire y las regulaciones acústicas nocturnas influyen en esta percepción.

BAE Negocios

Por la noche, los aeropuertos reducen su actividad para minimizar el impacto acústico en las zonas habitadas.

La mayoría de los aeropuertos europeos aplican restricciones de ruido entre las 23 y las 6, limitando las operaciones a vuelos con necesidades especiales.

Estas medidas, recogidas en los Planes de Acción contra el Ruido de AENA y la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo, buscan reducir la contaminación acústica y proteger la salud de los vecinos.

Así, las noches cerca de los aeropuertos son sorprendentemente tranquilas.

Sin embargo, el silencio nocturno no solo depende del tráfico aéreo.

La física del sonido también juega un papel crucial. Durante la noche, el aire cerca del suelo se enfría y se vuelve más denso, lo que permite que las ondas sonoras se propaguen de manera más uniforme y a mayor distancia.

Este fenómeno, conocido como "inversión térmica", hace que el sonido se refracte hacia el suelo, intensificando la percepción del ruido de los aviones que vuelan a kilómetros de distancia.

El viento también influye: si sopla desde el avión hacia tierra, arrastra las ondas sonoras, haciéndolas llegar con más intensidad.

Además, el silencio ambiental nocturno, con menos tráfico y actividad humana, potencia la percepción de cualquier sonido aislado, incluso si el nivel de decibelios es el mismo. Esta combinación de factores crea la paradoja de un cielo aparentemente silencioso donde, ocasionalmente, un avión rompe la quietud con un estruendo amplificado.

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