El verano no solo trae calor, sino también la necesidad de modificar los hábitos alimenticios para adaptarse a las altas temperaturas. Las comidas pesadas y grasosas no solo dificultan la digestión, sino que también generan una sensación de pesadez y calor que puede ser incómoda en esta época. Por el contrario, optar por alimentos frescos y ligeros es una manera efectiva de mantenerse saludable y disfrutar de los días calurosos sin molestias.

En esta temporada, las frutas y verduras frescas se convierten en las protagonistas de la dieta. Son fáciles de preparar, ofrecen un alto contenido de agua y están repletas de vitaminas y minerales que refuerzan el sistema inmunológico. Además, su bajo contenido calórico las convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener un peso saludable.

 

Opciones ligeras y nutritivas para el verano

• Ensaladas completas: Mezclas de hojas verdes, zanahoria, pepino, tomate y legumbres como lentejas o garbanzos son perfectas para una comida fresca y balanceada.
• Frutas de estación: Melón, sandía, duraznos, frutillas y cerezas son refrescantes, saciantes y deliciosas.
• Proteínas magras: Pescados a la plancha, pollo al vapor o huevos cocidos son fuentes de energía sin exceso de grasas.
• Snacks saludables: Yogures naturales con frutas, helados caseros a base de fruta congelada y frutos secos en pequeñas cantidades son excelentes opciones para el día.

Cómo evitar comidas pesadas y mantener una dieta equilibrada

• Elegir métodos de cocción livianos como el vapor, la parrilla o el horno en lugar de frituras.
• Incorporar más vegetales a los platos principales para reducir el consumo de carbohidratos refinados.
• Reducir el uso de aderezos pesados y optar por jugo de limón, aceite de oliva o yogur natural como alternativas más ligeras.

Adoptar una alimentación fresca y equilibrada no solo mejora la digestión y el bienestar durante el verano, sino que también es una oportunidad para disfrutar de una amplia variedad de sabores y texturas que la temporada ofrece.