Un objeto interestelar que se acerca al Sistema Solar divide a los científicos
Astrónomos de Harvard y la NASA advierten que tiene una trayectoria inusual. El debate está abierto: ¿asteroide o tecnología alienígena?
Un nuevo enigma del espacio despierta curiosidad y debate entre los científicos más reconocidos del mundo. Se trata del 3I/ATLAS, un objeto interestelar que se aproxima al sistema solar y que, según algunos expertos, podría no ser natural. Para uno de ellos, incluso, existe la posibilidad de que se trate de una nave extraterrestre.
El hallazgo fue realizado por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), un programa respaldado por la NASA y gestionado por la Universidad de Hawái. Desde el primer análisis, el 3I/ATLAS mostró características desconcertantes: una órbita retrógrada (viaja en dirección contraria al resto de los cuerpos del sistema solar), ninguna señal de actividad cometaria y una trayectoria demasiado precisa como para pasar desapercibida.
¿Tecnología alienígena encubierta?
El astrofísico de Harvard Avi Loeb no descarta que este objeto sea algo más que una simple roca espacial. En un artículo publicado junto a otros investigadores en la plataforma científica arXiv, plantea la posibilidad de que el 3I/ATLAS sea una nave nodriza enviada por una civilización avanzada para explorar o incluso contactar otros mundos.
“Podría venir a salvarnos o a destruirnos. Será mejor que estemos preparados para ambas opciones”, advirtió Loeb en una entrevista con Scientific American.
El objeto pasará cerca de Venus, Marte y Júpiter, una alineación que, según los cálculos, tiene una probabilidad menor al 0,005% de ocurrir por azar. Loeb asegura que el 29 de octubre, justo cuando el objeto esté oculto tras el Sol, podría ejecutar una maniobra orbital diseñada estratégicamente, conocida como “Solar Oberth inversa”, algo que solo tendría sentido si alguien lo estuviera piloteando.
Como era de esperarse, las hipótesis alienígenas generaron críticas. Chris Lintott, astrónomo de la Universidad de Oxford, calificó los dichos de Loeb como “disparates sin fundamento” y los consideró una falta de respeto a la ciencia rigurosa.
Pero Loeb no se retracta. Y para defender su postura, cita a Pascal: “Es mejor advertir sobre el riesgo que ignorarlo, porque si tenemos razón, las consecuencias podrían ser enormes”.
Aunque las conclusiones del estudio siguen siendo especulativas, la inquietud ya está sembrada. ¿Y si el 3I/ATLAS no es un asteroide más, sino una señal de que no estamos solos?