Las muertes repentinas por monóxido de carbono llamaron la atención este último tiempo en la sociedad argentina. A raíz de la ola polar que atraviesa el país, es normal tener prendida la calefacción por horas. Sin embargo, no estar al tanto de las recomendaciones puede terminar en escenarios trágicos. ¿Qué se puede hacer?

El Ministerio de Salud de la Nación indicó que se registraron cerca de 500 casos de intoxicación por monóxido de carbono desde el inicio de 2024, mientras que en 2023, se estimaron alrededor de 40.000 casos anuales en todo el país, con aproximadamente 200 muertes y 4.000 intoxicados reportados.

Además, hay que tener en cuenta que en Argentina, cada año mueren cerca de 200 personas por intoxicación con monóxido de carbono y se estiman alrededor de 40.000 casos clínicos, la mayoría de ellos prevenibles, según la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica.

Los números preocupan. Sin ir más lejos, cinco personas murieron en el país en las últimas horas por haberse intoxicado con gas. Entre ellos, la familia de Villa Devoto que vino de Italia para visitar familiares conmocionó a la sociedad luego de ser encontrados sin vida. 

Por otro lado, una familia en Villa Lugano fue rescatada en un escenario similar en su casa. Sin embargo, pudieron ser evacuados de su hogar y fueron asistidos en el Hospital Santojanni. Si bien no trascendieron más noticias, el último parte afirmaba que estaban con vida. 

"Se trata de tres adultos y dos menores que tuvieron que ser tratados con oxígeno, junto con un tercer niño que debió ser derivado a la cámara hiperbárica para atender sus niveles de monóxido de carbono en sangre", detallaron.

El monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico. No tener olor ni color es lo que lo categoriza como uno muy peligroso: una persona puede inhalarlo sin darse cuenta y sufrir una intoxicación grave en minutos.

Se produce cuando materiales como gas, madera, carbón o querosen se queman de forma incompleta, por lo cual, estufas, calefones, hornos, braseros y calentadores mal instalados o en mal estado son las fuentes más comunes en el hogar.

Cinco personas murieron en las últimas horas por inhalación de monóxido de carbono en medio de la ola polar que azota a la Argentina.

1. Revisar periódicamente las instalaciones de gas: Es clave asegurarse de que estufas, hornallas y calefactores funcionen correctamente. Si la llama se ve amarilla o anaranjada, o si hay manchas de hollín en los artefactos o sus salidas, se debe contactar a un gasista matriculado.

2. Ventilar los ambientes todos los días: Aunque la temperatura baje, es esencial permitir la entrada de aire fresco. Abrir puertas y ventanas al menos una vez al día ayuda a renovar el oxígeno y evitar la acumulación de gases tóxicos.

3. No dejar encendidos los artefactos durante el descanso: Dormir con la estufa prendida representa un riesgo alto. Si el artefacto no tiene salida al exterior, puede liberar monóxido de carbono mientras las personas duermen, dificultando la detección de síntomas.

4. Instalar detectores de monóxido de carbono: Son dispositivos de bajo costo que permiten detectar el gas a tiempo. Se recomienda instalarlos en espacios cerrados donde haya artefactos a combustión y controlar que estén siempre en funcionamiento.

5. Reconocer los síntomas de intoxicación: Dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, visión borrosa, debilidad o dolor de pecho pueden ser señales de exposición. En casos más graves, pueden presentarse convulsiones o incluso pérdidas del conocimiento. 

Hay que tener en cuenta que, frente a una posible intoxicación, los más vulnerables son los niños y niñas, personas gestantes, adultos mayores, fumadores y pacientes con enfermedades cardiovasculares y respiratorias.