FERIADOS

Cinco restaurantes históricos para ir a comer el fin de semana largo

Las opciones gastronómicas son uno de los atractivos de la Ciudad de Buenos Aires. Además de la tradicional parrilla o las opciones étnicas, hay lugares que tienen historia y donde sentarse a comer es subirse a un pedazo de la historia porteña. Cinco opciones para aprovechar

BAE Negocios

 

Uno de los atractivos de la Ciudad de Buenos Aires a la hora del ocio y del tiempo libre es la variedad de oferta gastronómica, que se expande en los diferentes barrios porteños para ampliar los nodos gastronómicos, cada uno con un estilo particular.

Sin embargo, existen además de las propuestas más novedosas, sitios históricos por su valor arquitectónico y por su tradición como reductos gastronómicos, que es bueno tener en cuenta a la hora de planificar un almuerzo o cena con un valor agregado: el de contar una parte de la historia de la ciudad.

En este fin de semana largo, cinco opciones para comer rico y disfrutar de un ambiente histórico, para quienes son afectos a los lugares notables.

 

La Antigua Tasca de Cuchilleros 

Funciona en la casona de adobe más antigua de la Ciudad de Buenos Aires. Fue construida entre 1729 y 1730 y sus techos están sostenidos por tirantes de quebracho y palmera. La fachada está blanqueada a la cal, tal como se la concibió originalmente, y los postigos son de madera.

Esta edificación se conserva así gracias al trabajo de restauración  que hizo un equipo de arqueólogos y tiene entre sus historias, una de amor: la de Margarita Olidén, la hija del antiguo propietario, quien huyó por el túnel de la casa para poder casarse con un poeta, ya que su padre la quería obligar a contraer matrimonio con  Juan Manuel de Rosas.

 

Cinco restaurantes históricos para ir a comer el fin de semana largo

Está ubicada en San Telmo, en el casco histórico de la ciudad de Buenos Aires, en Carlos Calvo 319.

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El Globo 

 

El Globo es “el” lugar en la Ciudad para comer un buen puchero de tres carnes: gallina, vaca y cerdo. De hecho, en sus primeros años de existencia, ese era el único plato que se servía en este restaurante. Por entonces, el establecimiento se llamaba “Fernández y Fernández Bar & Billares”.

Pero  Jorge Newbery en 1907, ese famoso aviador, que además era habitué del lugar, cruzó el Río de la Plata en “El Pampero”, un globo aerostático que había traído de Francia. Un año después, en 1908, Newbery le dijo al dueño del boliche: “¿Por qué no le cambiás el nombre y le ponés El Globo o El Pampero?”.

Cinco restaurantes históricos para ir a comer el fin de semana largo
El Globo es sinónimo de puchero. Está en Avenida Hipólito Yrigoyen 1199

Así quedó rebautizado como el local que, hasta el día de hoy, tiene placas, fotos y cuadros que le rinden honor a ese pionero de la aviación argentina. 

 

El Puentecito 

 

Desde 1873, El Puentecito es un testimonio arquitectónico y culinario del Buenos Aires portuario. Nació como pulpería, a pocos metros del Riachuelo –por donde cruza un puente que une la Ciudad con la provincia de Buenos Aires– y con el tiempo fue un despacho de bebidas y un almacén, hasta convertirse en el tradicional bodegón que es hoy en día.

De época y bien barrial, El Puentecito es un clásico. Cada uno de los detalles está perfectamente cuidado y suman a la experiencia: sillas thonet, mesas con manteles blancos y cobertores de cuero, bandejas de metal plateado y paredes cubiertas de fotos antiguas y banderines.

 

 

EL Club del Progreso  

Fundado en 1852, el restaurante del Club del Progreso es el “gentlemen club” más antiguo de Sudamérica. La casa en la que funciona perteneció originalmente a la familia Duhau y por su interior desfilaron importantes personajes de la política argentina.


Se encuentra en el primer piso y el salón principal tiene una magnífica boiserie y apliques de bronce. Hay otro salón más pequeño donde pueden realizarse eventos privados y un patio en damero en la planta baja, donde se encuentran la parrilla y el horno de barro, además de una barra bien nutrida. La especialidad de la casa son las empanadas, la entraña grillada, las costillas de cordero, el puchero y el cochinillo al estilo segoviano.

 

 

Las Violetas 

 

 

Fue fundada en 1884 y albergó a personalidades argentinas, se caracteriza por su estilo elegante, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano. El edificio fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de Buenos Aires. En 2017 fue elegido por votación del público como el mejor café notable de Buenos Aires.

Está ubicada en Medrano y Rivadavia donde se instaló a fines de la drl siglo XIX. El día de la inauguración, un 21 de Septiembre de 1884, hasta el ministro Carlos Pellegrini, futuro presidente del país, se hizo presente transportado por un tranvía especial acompañado por muchos de sus distinguidos amigos. Sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores entre ellos Roberto Arlt y politicos de la época.

 

 

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