La suba de casos de coronavirus luce imparable en los últimos días: se pasó de algo más de 5.000 el lunes pasado a más de 13.000 este jueves. Aunque por ahora las cifras oficiales no muestran un nivel preocupante de ocupación de camas, los intensivistas alertan por una posible saturación del sistema ante este nivel de contagios. Sin embargo, por el momento la implementación de nuevas restricciones no está en el horizonte.

El escenario de casos es claro: crecieron un 152% en cuatro días. "Estamos en la tercera ola de covid-19 en la Argentina", dijo sin vueltas el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, el último miércoles.

La ocupación de UTI en Argentina

Al contrario, la situación respecto a las camas de terapia intensiva es más incierta. Por un lado, las cifras oficiales, por ahora, no son nada alarmantes.

Según el último parte diario, a pesar del exponencial aumento de contagios, el nivel de Unidades de Terapia Intensiva ocupadas es de solo el 35% a nivel nacional y del 38% en el AMBA.

Los dos distritos con más suba de casos son CABA y Córdoba. En el primero, la ocupación de camas es, según el último parte disponible, de solo el 4,8% en el sistema público y del 9,9% en el sistema privado para pacientes graves. En Córdoba, la ocupación de UTI por covid era hasta el miércoles de solo el 1,5%.

Este escenario, claro, es compatible con la alta vacunación, que implica que las muertes no hayan subido de forma sustancial hasta ahora.

Sin embargo, intensivistas pertenecientes a la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva plantean que la perspectiva podría ser preocupante, debido a que el actual ritmo de aumento de casos es inédito, incluso para la segunda ola.

"No sé si tendermos la situación de colapso sanitario con aumento de mortalidad (como en la segunda ola) pero el sistema hospitalario y de terapia intensiva tienen riesgo de estar bajo tensión nuevamente", afirma Arnaldo Dubin, jefe de terapia intensiva del Sanatorio Otamendi y miembro de la SATI, para quien la ocupación de camas en el AMBA se acerca más al 80%.

Aunque reconoce que "afortunadamente" el ritmo de internaciones no sigue al ritmo de aumento de casos, el intensivista también, advierte que "la internación en UTI va a aumentar incluso con variante como Ómicron", debido a que puede derivar en cuadros graves y no solo leves.

El aumento de casos, además, puede traer otra complicación: "Se están cayendo guardias en muchos lugares por los contagios", afirma Dubin, alertando por la posible falta de personal en los sanatorios.

¿Nuevas restricciones en Argentina?

De cualquier manera, el establecimiento de nuevas restricciones no está por el momento en el horizonte de las autoridades sanitarias.

"No están sobre la mesa", afirman en ese sentido fuentes del Ministerio de Salud consultadas por BAE Negocios.

El hincapié, hoy por hoy, está puesto en la reactivación económica y el turismo, en un contexto de bajas hospitalizaciones y pocas muertes, agregan las fuentes.

El Gobierno, al contrario, apuesta al pase sanitario, que entrará en vigencia el 1 de enero. En ese sentido, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, manifestó este jueves que "volver a aislar a los vacunados porque otros no quieren vacunarse no parecería justo".

El criterio oficial, además, ayuda a que las restricciones no supongan una posibilidad inmediata. A inicios de agosto pasado se modificó la normativa para definir qué distritos pueden ser considerados en "situación de alarma epidemiológica", para pasar a depender no ya de la suba de casos sino de las internaciones graves.

Concretamente, para que un distrito pueda considerarse en "alarma epidemiológica" debe tener más de 300.000 habitantes y sufrir una ocupación de UTI de más del 80% o una suba de la ocupación de UTI de más del 20% en una semana. Hasta el momento ningún distrito entra dentro de este criterio.

Solo de darse ese eventual escenario, el decreto 491/2021 establece que deben reimplantarse restricciones a la circulación, prohibición de eventos masivos y aforo de hasta el 50% en actividades económicas, industriales, comerciales, de servicios religiosas, culturales, deportivas, recreativas y sociales.

De todos modos, en el ministerio de Salud recalcan que la situación es dinámica y puede cambiar. "No sé si no vamos a necesitar nuevas restricciones, como hacen varios países en Europa, aunque a veces esto suena incómodo por motivos sociales, económicos y políticos", afirma por su parte Dubin en este sentido.