El Titanic que batió récords y el poder de una comunidad global

Un niño con autismo lideró un proyecto para construir el LEGO Titanic más grande del mundo. Su hazaña es un símbolo del poder terapéutico del juego y de la capacidad de las comunidades online para unir a las personas.

BAE Negocios

Brynjar Karl Birgisson, de Islandia, necesitó 700 horas y más de 56.000 ladrillos. Su réplica de 8 metros de largo se convirtió en una exhibición internacional, demostrando el alcance de un proyecto nacido de la pasión.

A los 10 años, Brynjar Karl Birgisson estaba obsesionado con dos cosas: los barcos y los ladrillos de juguete. Con la ayuda de su familia y una campaña de crowdfunding online, transformó esa pasión en un Récord Guinness: la réplica del Titanic más grande del mundo construida con bloques.

El proyecto, que tardó 11 meses en completarse, fue mucho más que un simple hobby. Para Brynjar, que tiene autismo, fue un viaje de desarrollo personal. Él mismo explica que el proceso le ayudó a mejorar sus habilidades de comunicación y a ganar confianza en sí mismo, al tener que investigar, planificar y pedir ayuda para lograr su objetivo.

 

La comunidad como motor de proyectos

Este récord es un ejemplo perfecto de cómo las comunidades de nicho pueden tener un impacto global. El proyecto de Brynjar no hubiera sido posible sin:

  • Plataformas de crowdfunding: Que le permitieron recaudar los fondos necesarios para comprar las decenas de miles de ladrillos.
  • Comunidades de fans (AFOLs): Adultos fans de todo el mundo le ofrecieron consejos técnicos y apoyo moral.

Foros y redes sociales: Donde pudo compartir su progreso y atraer la atención de los medios de comunicación.

El valor terapéutico y educativo del juego

La historia de Brynjar ha sido estudiada como un caso de éxito en el uso del juego con fines terapéuticos y educativos. Construir con LEGO, según expertos en desarrollo infantil, fomenta habilidades cruciales:

  • Resolución de problemas y pensamiento espacial.
  • Paciencia, perseverancia y planificación a largo plazo.
  • Habilidades motoras finas.
  • En el caso de Brynjar, fue una plataforma para practicar habilidades sociales y de comunicación.

El Titanic es una exhibición que ha viajado por museos de todo el mundo, desde Noruega hasta Estados Unidos. Su récord demuestra que, con una visión clara y el apoyo de una comunidad, un niño y una caja de ladrillos pueden construir algo que inspire al mundo.

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