El accidente de un camión frigorífico en Guaymallén, Mendoza, ocurrido este lunes al mediodía en el Acceso Este, dejó a la vista mucho más que un problema de tránsito. Lo que empezó como un operativo de rescate por un vuelco se transformó en un conflicto social, con decenas de vecinos enfrentados a la Policía por la carga de carne desparramada en la vía pública.

La secuencia se volvió caótica apenas se difundió que el vehículo, que cayó desde un puente a la altura de Cañadita Alegre, transportaba carne. En cuestión de minutos comenzaron a llegar curiosos, automovilistas varados e incluso familias enteras que avanzaron hacia el perímetro con bolsas y tuppers para llevarse la mercadería.

Las autoridades sanitarias insistieron en que la carne no era apta para el consumo: había perdido la cadena de frío y estaba contaminada con combustible. Pero las advertencias no frenaron a la multitud, que reclamaba acceso a los cortes y discutía con los efectivos. “Si la van a tirar, déjenla para nosotros”.

La presión fue en aumento. A medida que el tránsito seguía cortado y se acumulaban los curiosos, grupos de personas treparon al camión volcado e intentaron retirar piezas enteras de carne. En ese momento intervino la Infantería, que disparó balas de goma y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los vecinos y retomar el control de la situación. Testigos describieron corridas, gritos, piedrazos y escenas de pánico en el túnel, con gente escapando entre los autos.

El operativo, que se extendió por más de tres horas, dejó un saldo llamativo: la carga quedó bajo custodia policial, el tránsito colapsó en uno de los accesos principales del Gran Mendoza y cientos de personas se retiraron con frustración y enojo. “No quieren darnos nada, aunque la carne esté tirada en el piso”, lamentó un vecino.