La semana comienza con un quiebre en el escenario climático del país. Mientras la Patagonia permanece bajo la influencia de vientos intensos que desde hace días golpean con ráfagas que superan los 90 km/h, el noreste argentino se prepara para un martes cargado de inestabilidad, con lluvias y tormentas que podrían ser localmente fuertes. El Servicio Meteorológico Nacional mantiene vigentes varias alertas y pide atención a quienes transiten por estas regiones.

En cambio, la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano inician la semana con condiciones mucho más apacibles. El martes ofrecerá una jornada primaveral, con cielo mayormente despejado, una temperatura mínima de 14 grados y una máxima que alcanzará los 25. El tiempo estable se mantendrá firme a lo largo de toda la semana, con tardes agradables y sin probabilidades de lluvia, una postal que refuerza la idea de que octubre arranca con calor en el centro del país.

El miércoles y el jueves las marcas térmicas oscilarán entre 12 y 23 grados, siempre bajo un cielo limpio y sin sobresaltos. El viernes y el sábado el termómetro dará un salto: las máximas llegarán a los 26 grados, con mínimas que rondarán entre 16 y 19. Recién el domingo se espera un leve descenso, con temperaturas que volverán a ubicarse en torno a los 23 grados de máxima y 15 de mínima, siempre en un contexto de estabilidad.

Mientras tanto, en la Patagonia los vientos seguirán siendo protagonistas al menos hasta el miércoles, con la mayor persistencia en el norte de Santa Cruz. En paralelo, el noreste argentino –con provincias como Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones en el centro de la escena– podría acumular hasta 70 milímetros de lluvia en pocas horas. Estas tormentas, con ráfagas de viento, actividad eléctrica y posible caída de granizo, tenderán a disiparse hacia el miércoles, cuando la circulación del norte devuelva la calma y empuje las temperaturas hacia arriba en todo el país.

La primera semana de octubre se perfila, entonces, con un doble carácter: violenta en sus extremos geográficos, pero estable y cálida en la región central, donde Buenos Aires se encamina a vivir un fin de semana casi veraniego.