El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que ha vuelto a ser motivo de alerta en Argentina tras la confirmación de nuevos casos. Ante este escenario, el Ministerio de Salud recomienda a la población revisar su esquema de vacunación y estar atentos a los síntomas iniciales para evitar su propagación.

Los 6 síntomas del sarampión

Los primeros signos del sarampión pueden confundirse con los de un resfriado común, pero evolucionan rápidamente e incluyen:

Fiebre alta (que puede superar los 38°C).

Tos seca y persistente.

Secreción nasal y congestión.

Conjuntivitis (ojos rojos y llorosos).

Manchas blancas en la cara interna de las mejillas (conocidas como manchas de Koplik, signo distintivo del sarampión).

Erupción cutánea (exantema) que comienza en la cara y se extiende por todo el cuerpo.

En algunos casos, especialmente en niños menores de 5 años o personas con un sistema inmunológico debilitado, el sarampión puede derivar en complicaciones graves como neumonía, encefalitis o incluso la muerte.

Transmisión y prevención: el rol clave de la vacunación

El virus del sarampión se transmite a través de gotículas de saliva expulsadas al toser o estornudar. Además, puede permanecer activo en el aire o en superficies durante aproximadamente dos horas, lo que aumenta el riesgo de contagio sin necesidad de contacto directo con una persona infectada.

La mejor manera de prevenir el sarampión es a través de la vacunación con dos dosis de la vacuna triple viral, que protege también contra la rubéola y las paperas. Es fundamental que los niños reciban la primera dosis al cumplir un año y la segunda antes de ingresar a la escuela primaria.

Qué hacer ante síntomas sospechosos

Si una persona presenta fiebre y exantema, es fundamental acudir al médico de inmediato y evitar el contacto con otras personas hasta recibir un diagnóstico. Además, es recomendable informar a las autoridades sanitarias para prevenir nuevos contagios y reforzar las medidas de control epidemiológico.