Los anillos de Saturno podrían ser el resultado de la muerte violenta de una luna
Los magníficos anillos de Saturno serían el resultado de la colisión de una luna helada. El incidente explicaría también la inclinación del planeta
Descubiertos por Galileo hace 400 años, los anillos de Saturno son lo más llamativo que los astrónomos con pequeños telescopios pueden detectar en nuestro sistema solar. Pero aún hoy los expertos no se ponen de acuerdo sobre cómo o cuándo se formaron, al menos hasta ahora.
Un nuevo estudio publicado el jueves en la prestigiosa revista Science se propone dar una respuesta convincente: científicos que utilizan datos obtenidos por la nave espacial Cassini de la NASA y simulaciones por ordenador afirmaron que la destrucción de una gran luna helada que se acercó demasiado a Saturno explicaría tanto el nacimiento de los magníficos anillos del planeta gaseoso como su inusual inclinación orbital de unos 27 grados.
Una luna llamada CrisálidaLos investigadores llamaron a esta hipotética luna Crisálida y dijeron que podría haber sido desgarrada por las fuerzas de marea de la atracción gravitatoria de Saturno hace unos 160 millones de años, algo relativamente reciente comparado con la fecha de formación del planeta, hace más de 4.500 millones de años.
Según esta hipótesis, hace entre 100 y 200 millones de años, una luna helada se rompió tras acercarse demasiado al gigante gaseoso y, aunque la mayor parte de ella impactó con Saturno, los fragmentos restantes se rompieron en pequeños trozos de hielo que forman los característicos anillos del planeta.
"Es bueno encontrar una explicación plausible", dijo a la AFP Jack Wisdom, profesor de ciencias planetarias en el MIT y autor principal del nuevo estudio.
Alrededor del 99% de los restos de Crisálida parece haberse precipitado en la atmósfera de Saturno, mientras que el 1% restante permaneció en órbita alrededor del planeta y acabó formando el gran sistema de anillos que es una de las maravillas de nuestro sistema solar, según los investigadores.
La Luna perdida fue bautizada como Crisálida por Wisdom, comparando la aparición de los anillos de Saturno con una mariposa saliendo de un capullo.
El equipo de científicos cree que Crisálida era un poco más pequeña que nuestra propia Luna, y aproximadamente del tamaño de otro satélite de Saturno, Iapetus, que está hecho completamente de hielo de agua.
"Así que es plausible la hipótesis de que Crisálida también estuvo hecha de hielo de agua, y eso es lo que necesita para hacer los anillos, porque los anillos son casi agua pura".
Cuando se le preguntó si creía que el misterio de los anillos de Saturno estaba resuelto, Wisdom respondió, sobriamente, que "hemos hecho una buena contribución".
El sistema de satélites de Saturno aún guarda "una serie de misterios", añadió.
Los anillos de SaturnoSaturno, el sexto planeta desde el Sol, se formó hace cuatro mil quinientos millones de años, al principio del sistema solar y, hace unas décadas, los científicos sugirieron que sus anillos aparecieron mucho más tarde: solo hace unos 100 millones de años, hipótesis que se vio reforzada por las observaciones realizadas por la sonda Cassini, que orbitó el planeta de 2004 a 2017.
"Pero como a nadie se le ocurrió que los anillos aparecieran hace 100 millones de años, algunas personas han cuestionado el razonamiento que llevó a esa deducción", dijo Wisdom.
Mediante la construcción de complejos modelos matemáticos, Wisdom y sus colegas encontraron una explicación que justificaba la cronología y les permitía comprender mejor otra característica del planeta: su inclinación.
Saturno tiene una inclinación de 26,7 grados. Al tratarse de un gigante gaseoso, cabría esperar que el proceso de acumulación de materia que condujo a su formación hubiera evitado la inclinación.
El alejamiento de TitánLos científicos descubrieron recientemente que la mayor de las 83 lunas de Saturno, Titán, se aleja del planeta a un ritmo de 11 centímetros al año, lo que cambia la velocidad a la que el eje de su inclinación da vueltas alrededor de la vertical.
Hace unos mil millones de años, esta frecuencia de bamboleo entró en sincronía con la órbita bamboleante de Neptuno, creando una poderosa interacción gravitacional llamada "resonancia".
Para mantener este bloqueo, a medida que Titán se alejaba, Saturno tenía que inclinarse, argumentaron los científicos.
Pero esa explicación dependía de saber cómo se distribuía la masa en el interior del planeta, ya que la inclinación se habría comportado de forma diferente si estuviera más concentrada en su superficie o en el núcleo.
Una luna perdidaEn el nuevo estudio, Wisdom y sus colegas modelaron el interior del planeta utilizando los datos gravitacionales recogidos por Cassini durante su aproximación "Grand Finale", su último acto antes de sumergirse en las profundidades de Saturno.
El modelo que generaron descubrió que Saturno está ahora ligeramente desincronizado con Neptuno, lo que requería una nueva explicación: un evento lo suficientemente poderoso como para causar la drástica alteración.
Al trabajar con las matemáticas, descubrieron que una luna perdida se ajustaba a la situación.
"Se separa en un montón de pedazos y esos pedazos posteriormente se separan aún más, y gradualmente se enrolla en los anillos", concluyeron.