Este miércoles el coronavirus fue declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud. La enfermedad que tiene preocupado al mundo y ya acumula más de 4.000 muertos no pudo escapar de las risas en las redes.

En México, un chico se disfrazó del famoso virus. Ayudado por su madre, se caracterizó de verde y agregó bigotes y un sombrero chino a su traje. Además, fue secundado por un doctor y una enfermera. Pero eso no fue todo: los tres niños subieron al escenario y bailaron la cumbia del coronavirus, para que luego los supuestos médicos lo persiguieran con jeringa en mano. Algunos consideraron el acting una buena manera de generar conciencia, mientras otros la criticaron por reírse de un problema mundial que causó la muerte de mucha gente.

La cumbia del coronavirus es una de las tantas canciones dedicadas a la pandemia. El músico mexicano "Mister Cumbia" fue de los primeros en cantarle a la enfermedad. "Coronavirus, coronavirus, lávense las manos, háganlo seguido. Coronavirus, coronavirus, pónganse las pilas en lugares concurridos". Su ritmo cumbiero y música pegadiza llega a los oídos de los más chicos, que también pueden escuchar consejos sobre cómo cuidarse y prevenir el contagio.

Por otro lado, el grupo "Saxoman y Los Casanovas" le dicen al coronavirus "sal, sal, sal de mi planeta y no vuelvas jamás". Aunque algunos usuarios definieron a la canción como peor que la propia enfermedad, el hit llegó a los celulares de muchos argentinos. El autor de la canción realizada por el grupo boliviano explica que "la única solución para erradicar este virus es pedir a Dios con el poder del Espíritu Santo salvar al mundo con la unión de nuestra oración y nuestra Fe”.

Twitter e Instagram tampoco se hicieron esperar. En la red social del pajarito se creó una cuenta que dice ser el mismo coronavirus. La cuenta es española y se activó el 24 de febrero diciendo "voy a contagiar hasta al perro". Ya acumula casi 600 mil seguidores y es muy activa.

A medida que la pandemia se expande y la paranoia crece, el humor también va mutando. Mientras antes se reían de su lejanía, ahora se ríen de que haya llegado.

Desde que empezaron a cerrar las escuelas y universidades, las reacciones han sido múltiples. Mientras unos se quejaron por quedarse encerrados, otros festejaron el no atender a clases y poder quedarse en sus casas.