San Miguel, cómo se vive en un barrio en el que no hay luz, agua ni calles
El Barrufaldi es un barrio popular, fruto de la necesidad habitacional, en el cual residen más de un centenar de grupos familiares.
Al total abandono reconocen vivir las más de cien familias que conforman el Barrio Barrufaldi, en el partido de San Miguel. Puesto que no cuentan con alumbrado público, ni servicio eléctrico, mucho menos recolección de basura, y hasta claman un perímetro en los márgenes del Río Reconquista, ante la sucesión de accidentes. Dichas carencias han sido objeto de promesas por la propia Intendencia, pero hasta el momento sobran las omisiones.
El Barrufaldi es un barrio popular, fruto de la necesidad habitacional, en el cual residen más de un centenar de grupos familiares. Los cuales han rubricado sus reclamos mediante una junta de firmas, que acompañó a un proyecto de resolución. El mismo fue presentado por el concejal Javier Pérez, y posteriormente aprobado hace un año.
En el mencionado documento están explicitadas las principales problemáticas que mantienen en vilo a los vecinos. En este sentido, una de ellos, Mayra señaló que “hace un año que venimos reclamando que hagan algo en la vera del Río Reconquista, pero no hacen nada”. El testimonio de la joven refleja una de las principales urgencias a resolver en dicho punto de San Miguel, vinculada a la instalación de una valla de contención en los márgenes del río, dado que al no estar perimetrado ni existir medidas de seguridad, se han registrado casos de chicos que cayeron al afluente y debieron ser rescatados. Uno de los más extremos tuvo lugar hace tres años cuando una niña, de 2 años, debió ser extraída del agua por un vecino. Pero el suceso más reciente fue protagonizado por un niño de 5 años, con un cuadro de TEA, que se precipitó al río, y fue hospitalizado al revestir gravedad su estado.
El alumbrado público también compone el abanico de demandas de los habitantes de dicho barrio, enfatizando que transitar de noche por las calles implica caminar en medio de las tinieblas, y expuestos a todo tipo de riesgos, entre ellos, caerse al Reconquista. Pero no sólo falta la luz afuera, sino también adentro, en los hogares, y por ende la conexión clandestina constituye la única alternativa para disponer del suministro eléctrico.
Por si fuera poco, la higiene y salubridad del lugar representa una de las cuestiones más imperiosas a solucionar. Justamente los vecinos coinciden en precisar que este aspecto se resuelve con la colocación de cestos de basura y la recolección de residuos. Al respecto, Mayra detalló que “debemos caminar 4 cuadras para dejar la bolsa y que el camión la levante, pero los desechos suelen acumularse a pocos metros del río, y no podemos estar afuera por la intensidad del olor”.
Sin embargo, la escasez de agua potable constituye un calvario más para los residentes de la zona, dado que solo cuentan con tres tanques para más de cien viviendas y, por lo tanto, muchos se ven obligados a comprar bidones de agua mineral.
Este amplio espectro de necesidades no sólo fue notificado a través de un proyecto de resolución, sino también al propio intendente de San Miguel, Jaime Méndez, en su visita a Barrufaldi, hace tres años. En referencia a aquella circunstancia, la citada vecina reconoció que “nos dijo que iba a solucionar al menos el estado de las calles pero luego no apareció nadie del Municipio. Estamos olvidados”.