RELEVAMIENTO

Sin el celular, cómo mejoró la experiencia escolar de los alumnos en CABA

Una encuesta oficial reveló que más de la mitad de los alumnos de primaria y secundaria aumentó su concentración y fortaleció los vínculos sociales

BAE Negocios

Cuando en agosto del 2024 la Ciudad de Buenos Aires decidió restringir el uso de celulares en aulas, muchos pensaron que sería imposible sacar de la mano de los chicos un dispositivo que ya parecía parte de su vida diaria. Un año después, la realidad cuenta otra historia: la mayoría de los estudiantes dice que presta más atención, aprende mejor y hasta charla más con sus compañeros.

El relevamiento que realizó el Ministerio de Educación porteño en casi 200 escuelas muestra números que respaldan esa percepción: el 70% de los alumnos de primaria y el 60% de secundaria aseguran que mejoraron su rendimiento escolar desde que los teléfonos dejaron de estar presentes en clase. Además, seis de cada diez reconocen que hoy tienen más conversaciones cara a cara, incluso en los recreos.

La experiencia sorprendió a los propios docentes. En secundaria, más de la mitad observó un ambiente más tranquilo, con menos interrupciones y mayor participación de los estudiantes. En primaria, siete de cada diez directivos y seis de cada diez maestros remarcaron que las aulas se volvieron más ordenadas y que los chicos disfrutan más de estar juntos sin pantallas de por medio.

 

 

El jefe de Gobierno, Jorge Macri, celebró los resultados y aseguró que la decisión “recuperó la atención, la convivencia y los aprendizajes”. La normativa establece que en secundaria los celulares y tablets deben permanecer guardados, salvo que el docente los autorice con un fin pedagógico. En primaria y jardín, directamente se mantienen apagados durante toda la jornada, incluso en los recreos.

La encuesta, que abarcó a 2.738 personas entre estudiantes, docentes y directivos, confirma que el desafío de apartar a los chicos de las pantallas dentro de la escuela no solo era posible, sino también necesario. Lejos de generar aburrimiento, la medida abrió espacio para el diálogo, la concentración y un mejor rendimiento escolar.

 

 

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