Amarrado en San Fernando, un yate valuado en USD 440 mil fue el símbolo de un operativo de fiscalización realizado en los sectores más exclusivos de Tigre y San Fernando. Su propietario saldó $10,3 millones en cuestión de minutos, dejando en claro que la morosidad no responde a falta de recursos, sino a algo más premeditado.

ARBA llevó adelante una serie de fiscalizaciones, donde identificó $54 millones en impuestos impagos. El saldo incluyó yates de lujo retenidos y construcciones no declaradas que esquivaban el radar fiscal.

En el plano náutico, los controles detectaron tres yates en el country Santa María de Tigre, seis embarcaciones en el Consorcio Parque Náutico San Fernando y cuatro barcos en Marinas Park, Rincón de Milberg. En conjunto, acumulaban deudas superiores a los $45 millones.

En el ámbito inmobiliario, las inspecciones en countries como Santa María, Santa Clara, Santa Teresa y San Gabriel revelaron 39.153 metros cuadrados edificados que seguían tributando como terrenos baldíos. La mitad de estas construcciones no declaradas evidenció un esquema de evasión que parece haberse normalizado en los sectores de mayor poder adquisitivo.

Días antes, en el country Santa María de Tigre, ARBA retuvo tres yates valuados en hasta $120 millones con deudas de $8,6 millones y detectado 19.470 metros cuadrados no declarados. Esa fiscalización dio inicio a una serie de operativos que buscan extenderse por zonas de alto valor inmobiliario del conurbano bonaerense.

Cristian Girard, titular de ARBA, afirmó: “Hay sectores con capacidad de pago que especulan y esperan ser intimados para cumplir. Este comportamiento afecta el bien común y el financiamiento de servicios esenciales”.

Los operativos apuntan a regularizar deudas en sectores que históricamente eluden los controles.