Estados Unidos y China pasaron de la guerra de aranceles a la de tasas

La Fed rebajó los tipos en julio, mientras que Beijing hizo lo propio la semana pasada. La sombra de la recesión en ambos países podría impulsar un acuerdo

BAE Negocios

Los bancos centrales de todo el mundo están recortando sus tasas de interés para evitar la recesión, un fantasma que se extiende impulsado por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, que ya está afectando seriamente el crecimiento global.

El puntapié inicial lo dió en julio pasado la Reserva Federal de los Estados Unidos, tras numerosos reclamos del presidente de ese país, Donald Trump. La Fed intentó hacer dos cosas cuando recortó las tasas de interés por primera vez en una década en julio: respaldar la economía y aumentar las expectativas de inflación, aseguró la agencia Bloomberg, en un informe en el que planteó dudas sobre la efectividad de la medida.

No queda claro si la medida de la Fed calmó los temores de recesión

Y es que de acuerdo con los especialistas, los recortes de las tasas de interés pueden tomar meses para estimular el crecimiento. Aún así, el compromiso verbal de las autoridades para sostener la expansión económica más larga registrada en Estados Unidos, respaldada por un reciente recorte del costo del crédito, probablemente hizo más barato para las empresas y los consumidores endeudarse este año, lo que representaría un estímulo para seguir gastando.

Para la agencia de noticias financieras y económicas, no queda claro si los recortes de tasas de la Fed por sí solos pueden calmar los temores de los mercados sobre una eventual recesión, que han aumentado en medio de una reciente escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

"Hay una comprensión tácita de al menos la mayoría de los participantes del mercado de que cualquier recorte de tasas que decida la Fed -o incluso si decide embarcarse en un alivio cuantitativo- no será una fuerza compensatoria adecuada a los aranceles", dijo Kristina Hooper, jefa de estrategia global de mercados de Invesco citada en la nota.

Estados Unidos y China pasaron de la guerra de aranceles a la de tasas
Jerome Powell sigue siendo criticado por Trump por no bajar más la tasa

Desde el recorte de tasas de julio, los mercados han enfrentado problemas bajo la presión de las tensiones comerciales entre Washington y Beijing y señales de una desaceleración mundial. Eso ha empeorado una serie de indicadores de merado, desde acciones a precios de bonos corporativos, que influyen en el crecimiento económico.

Desde el recorte de tasas de julio, los mercados han enfrentado problemas

Las autoridades querían calmar a los mercados, facilitar el préstamo y dar más razones para gastar. Sin embargo, la medida de las condiciones financieras de Goldman Sachs ahora es más severa que antes del recorte de tasas de julio.

"Mi mayor preocupación es la eficacia de los recortes o de menores tasas", dijo Jason Brady, CEO de Thornburg Investment Management. "La Fed tiene un contexto económico muy variable, que no respalda tanto el 2% de inflación o mucho crecimiento real".

La semana pasada, el propio Trump advirtió en una rueda de prensa que su agresiva política comercial para con Beijing podría estar dañando a la economía estadounidense, aunque justificó la necesidad de "enfrentar a China".

"Es hora de hacerlo, sea bueno para nuestro país o malo para nuestro país en el corto plazo", dijo Trump, que aseguró que "el hecho es que alguien tiene que enfrentar a China".

El presidente republicano indicó que no tuvo alternativa a imponer los aranceles que han perjudicado a los fabricantes, los mercados financieros e incluso a los consumidores estadounidenses.

Trump dijo claramente que descartaba el riesgo de una recesión y que podía haber un boom si la Reserva Federal redujera su tasa de interés de referencia.

"Estamos muy lejos de una recesión", dijo Trump. "Si la Fed cumpliera con su deber, creo que tendríamos un gran crecimiento, tremendo".

No obstante, el mandatario reconoció que tenía en estudio una rebaja temporaria del impuesto sobre los salarios a la vez que una indexación por la inflación de los impuestos federales sobre las ganancias de las inversiones, todo con el fin de estimular el crecimiento.

Beijing hace lo suyo
En tanto, el Banco Popular de China lanzó una reforma en el modo en que la segunda economía más grande del mundo administra el dinero para apoyar el crecimiento y el empleo. Su objetivo es hacer que sea más barato y sencillo para las empresas pedir dinero prestado a las entidades bancarias y financieras.

El banco central chino reemplazará gradualmente su actual tasa de interés de referencia fija por una nueva tasa de interés preferencial. La idea es que la nueva tasa fluctuante refleje mejor los cambios en las tasas de mercado.

"La nueva tasa de interés preferencial de China equivale a un recorte de la tasa", dijo Pantheon Macroeconomics en un informe la semana pasada.

Estados Unidos y China pasaron de la guerra de aranceles a la de tasas

La economía china se ha desplomado a su ritmo más lento de crecimiento en casi tres décadas debido a una serie de factores: niveles de deuda insostenibles, una transición desde la industria pesada y la infraestructura hacia el consumo, y la creciente guerra comercial con Estados Unidos.

El sistema de tasas de interés de China fue blanco de críticas en el pasado por no transferir las tasas más bajas a los prestatarios del sector corporativo. Los bancos chinos prefieren prestar a empresas respaldadas por el Estado debido al menor riesgo.

Eso significa que el sector privado, que ha sido el más afectado por la desaceleración económica y la guerra comercial, generalmente no recibe crédito.

El Banco Central chino fijó la nueva tasa LPR a un año en 4,25%

La nueva tasa llamada LPR a un año se fijó en 4,25%, 6 puntos básicos menos que el 4,31% de la víspera. El nivel es 10 puntos básicos inferior a la actual tasa de interés de referencia del banco central a un año.

Esta es sólo una de las derivaciones del conflicto comercial, que ya está teniendo consecuencias serias no sólo para los países directamente involucrados.

Por ello Beijing apeló a Washington para "encontrarse en el medio con China", terminar con la guerra arancelaria y reanudar un comercio "mutuamente beneficioso".

Esta nota habla de: