Enfundados en delantales blancos, los científicos manipulan milimétricamente las muestras de los viñedos en máquinas de última tecnología, llenan los tubos de ensayos con el preciado elixir granate, analizan y anotan.

Viña Concha y Toro cuenta con uno de los Centro de Investigación e Innovación más avanzados del mundo, con características que lo hacen único en la región. Nace como una respuesta a los cambios y nuevos desafíos que enfrenta la industria. En sus instalaciones logran maravillas que van desde desentrañar al detalle los componentes de un vino -como si les tomaran una huella digital- hasta el combate de plagas.

Entre el mar y las montañas, en Talca, al sur de Santiago de Chile, el centro cuenta con un Laboratorio agrícola y enológico que permiten el análisis de uvas y vinos desde un enfoque clásico e instrumental y una bodega experimental que permite trabajar a pequeñas escalas de vinificación con el objetivo de analizar y experimentar nuevas alternativas de desarrollo para la compañía y del sector.

Actualmente se llevan adelante más de 50 iniciativas de I+D, principalmente relacionadas con viticultura, enología y diseño de productos y mercado. En este último programa, se trabaja con un equipo de investigación multidisciplinario del que surgen los estudios de tendencias mencionados.

De este lado de la Cordillera, Trivento realiza también investigación que apunta al balance nutricional de la vid para lograr un viñedo sustentable. Buscan que los suelos, tras 20 o 30 años, presenten las mismas condiciones con las que comenzaron o mejores. Estudios con vocación de ser compartido con productores regionales.