Mar del Plata, el final: lo mejor para ver en el cierre del festival de cine
Grandes autores y grandes filmes que clausuran la muestra
Sábado y domingo son los últimos días del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. El domingo se verán -gratis- todas las películas premiadas, y dada la calidad de la Competencia Oficial (también de las otras, claro), van a sobrar buenas películas para llenar el día. Pero mañana es otra cosa: implica las últimas posibilidades de ver algunos títulos de diferentes países y tipos de cinematografías que no tenemos la oportunidad de ver en nuestro país. Títulos que no llegan, que a nadie le interesa distribuir, que no consiguen espacio en las salas. Así que en esta página, que es un poco libre, decidimos dar una especie de “vuelta al mundo” con películas de diferentes orígenes seleccionadas sobre la grilla del día.
De los Estados Unidos elegimos Freaks. Que es una película de suspenso paranoide, de terror, de ciencia ficción, de aventuras, un drama familiar y hasta una de superhéroes. Todo al mismo tiempo pero con una cantidad de sorpresas y vueltas de tuerca notable. Lo interesante es que todo funciona, no nos detenemos a pensar “oia, mirá, esto es como en la película X” o “ah, claro, tal cosa es alegoría de Y”, sino que es el propio relato el que vale. Empieza con una nena de siete años viviendo con su padre en una casa totalmente hermética de la que no se debe salir. Y, claro, la nena sale y hay un misterioso vendedor de helados que pone en marcha una serie de problemas cada vez mayores. La dirigieron Zach Lipovsky y Adam Stein, dos nombres interesantes del cine independiente. (Ambassador 1, 17.30)
The Trial es un documental del especialista Sergei Lonitza. Es sobre el Juicio al Partido Industrial de 1930, cuando un grupo de ingenieros tuvo que “confesar” ante el público y, sobre todo, el gobierno estalinista de la Unión Soviética, cómo saboteaba la producción, cuando ya era evidente que el sistema planificado del Padrecito de los Pueblos no funcionaba. Dijimos documental, pero es también un filme de terror sobre el totalitarismo y el absurdo al que lleva, con enorme material de archivo. (Ambassador 2, 15,30)
No solemos ver películas de Singapur. A land imagined, de Yeo Siew Hua, permite ver la vida laboral de ese país a través de la historia de un joven trabajador y sus amigos. Hay algo de comedia y algo de costumbrismo desencantado, y el contraste con las luces brillantes de las salas de juego con el desolado estado de ánimo de los protagonistas permite construir un panorama exacto de una generación que es tanto particular como universal. (Cinema-Los Gallegos Sala 1, 19)
Burning, de Lee Chang-dong, es una de las películas más importantes de la temporada y es una suerte que haya podido entrar en la grilla de Mar del Plata. Lee es un maestro del melodrama, como lo saben quienes vieron Poesía para la vida. Pero aquí hay algo más cercano al suspenso -de hecho hay un crimen- para pintar la estratificación de una sociedad y las imposibilidades de las relaciones. El filme se basa sobre un cuento de Murakami, lo que también es una novedad para este autor. (Ambassador 1, 20,30)
Del rumano Corneliu Porumboiu podemos recomendarlo todo, así que -sin verla- nos arriesgamos con su nueva película, Infinite Football, la historia sobre un hombre frustrado que tiene una idea: crear un nuevo deporte a partir de modificar las reglas del fútbol (pasión rumana, de paso). Al mismo tiempo que cierta tristeza, también hay un excelente sentido del humor (asordinado, como siempre en este director) que genera incluso felicidad. (Ambassador 3, a las 15)
Otro autor importante es el turco Nuri Bilge Ceylan, alguna vez ganador de la Palma de Oro en Cannes. The Wild Pear Tree narra el regreso de un joven a su pueblo natal y las dificultades de la readaptación, que de algún modo implican un ajuste de cuentas. Ceylan, que comenzó como un discípulo de Kiarostami, ha comprendido cómo combinar el drama interno con el paisaje a veces desolado que rodea a sus protagonistas. Aquí la belleza de la imagen jamás es gratuita. (Cinema-Los gallegos 2, 21,40)
Quienes creen que el cine iraní es lentitud y planos donde no pasa nada (un error gigantesco, de paso, una mentira atroz de quienes odian el cine) pueden probar con Sheeple, de Houman Seyyedi. Es la historia de dos hermanos en conflicto porque cada uno trabaja para una mafia de narcos diferente. Y hay violencia y acción, incluso si en gran medida sigue un poco los cánones realistas (o nerorrealistas, si queremos ser académicos) de la tradición de Irán. Pero es una gran muestra de cine de género, además. (Ambassador 4, 23,59)
En las antípodas, va la versión restaurada de una comedia hermosa y -el término es feo, pero es lo más exacto que podemos encontrar- burbujeante de Chantal Akerman, cineasta que vamos a extrañar siempre. Se llama Golden Eighties y tiene muchísimo de musical (bueno, sí, es un musical) que transcurre en un salón de belleza, y uno sale con ganas de cantar y bailar. En caso de que busque una última película del Festival que provea un recuerdo absoluto, este es el título (Ambassador 2, 22).
Ash is the purest white, del chino Jia Zhangké, continúa un poco su trabajo de combinar el relato de los géneros tradicionales del cine con el análisis constante del cambio cultural y sus consecuencias en la china post-Deng Xiaoping (y de hoy en particular). Si en Mountains may depart el género era el melodrama (con más que ecos de películas concretas de Douglas Sirk), aquí hay algo del cine criminal a través de la historia de una mujer enamorada de un capo mafia que, como en Platform, se extiende durante varios años (y como Moutains... tiene una estructura triple). Jia es uno de los maestros contemporáneos y no decepciona nunca (Cinema-Los Gallegos 1, 22). Por las dudas, la programación completa de la muestra se puede ver aquí: http://www.mardelplatafilmfest.com. Y nuestra selección es a puro goce de la imagen. Buen provecho