Sergio Olguín: “Las novelas le permiten al lector vivir muchas vidas”

Entrevista a Sergio Olguín

mripetta

"Siento que Lanús es como un gato que ya va por su tercera vida. Apareció por primera vez en Norma, años más tarde en Tusquets y ahora lo hace en Alfaguara, tres editoriales de prestigio reconocido. No es fácil en Argentina conseguir que te reediten los libros anteriores, mucho menos una primera novela. Así que estoy feliz que dieciséis años después de la primera edición local, Lanús siga encontrando nuevos lectores", dice a BAE Negocios Sergio Olguín sobre la reedición de su primer libro.

—¿Qué significó y que significa ese libro para vos?
—Siempre cuento que tardé un mes para escribir Lanús, pero en realidad creo que es un libro que venía escribiendo desde hacía veinte años. Tiene mucho de lo que suelen tener los primeros libros: elementos autobiográficos, intentos de contener y contar un mundo de personajes, obsesiones y temas que después seguí trabajando en mis libros siguientes. En Lanús está casi todo lo que iba a venir después: el barrio como lugar de pertenencia, pero también como un personaje más; el interés por el género policial, los protagonistas "poliamorosos", la vida sexual de los personajes como elemento constitutivo de sus personalidades. Me parece que en Lanús ya están en germen novelas tan distintas como El equipo de los sueños o La fragilidad de los cuerpos.

El escritor es el creador de la periodista Verónica Rosenthal que lleva protagonizando tres novelas negras y fue convertida en serie.

—¿Verónica vuelve?
—Va a volver. Vamos a volver. A veces los regresos se hacen desear. Después de "No hay amores felices" quise tomarme un tiempo lejos de Verónica Rosenthal y su entorno. Fue cuando escribí 1982. Pero después mi intención era retomar las historias de Vero y de Federico. Y en eso estoy, sólo que vengo muy lento debido a varios trabajos de guión que me quitan mucho del tiempo de escritura. Tengo varias ideas de novelas que me tientan escribir pero pienso cumplir la promesa de terminar antes la cuarta novela de Rosenthal.

—¿Cómo se hace para que un personaje no pierda la esencia ?
—No creo que haya una fórmula. Para mí es importante que un personaje como Verónica Rosenthal vaya transformándose de novela a novela. Que lo que le ocurre en un libro siga influyendo en su vida posterior, como nos ocurre a todos con las experiencias de vida. Verónica ya no es la misma de La fragilidad... Tampoco Federico. A su vez, espero que esos cambios no arruinen la esencia de los personajes sino que, por el contrario, la alimenten.

—¿Ella es su personaje preferido?
—No, para nada. Es un personaje con el que me divierto mucho. La pasamos muy bien juntos (risas). Pero no es mi personaje favorito. Si tuviera que elegir algunos personajes de mis novelas me quedo con Rafael/Vanesa de Lanús, Pinocho de El equipo de los sueños o Luna de 1992.

—¿Por qué te parece que tantos libros se convierten en serie?
—Porque la novela argentina se volvió más "narrativa" en los últimos años. Es decir, hay un interés mayor por desarrollar tramas atrapantes, personajes tridimensionales, historias que interesan a un público lector más amplio que el especializado en la crítica literaria. Las novelas se volvieron más atractivas y universales. Hasta hace unos años las novelas argentinas podían tener como protagonsita a un escritor muy culto que imagina un crimen y mantiene luchas mentales sobre su oficio y el acto de matar. Con eso no se podía hacer ni el sermón de un cura para la misa del domingo. En cambio, las novelas actuales tienen suficiente carne como para echar en un asador de series y películas hasta que estén a punto.

—Sos guionista también, en ¿qué se diferencia en lo personal escribir un guión de una novela?
—Hay una diferencia fundamental. El dueño y el responsable absoluto de una novela soy yo. El trabajo de guionista es un trabajo en equipo.

—¿Tenés una rutina para escribir?
—Ninguna en especial. En una época jugaba al Age of Empires antes de ponerme a escribir. No encontré ningún juego que me interese tanto como para reemplazarlo, así que ni siquiera me queda esa rutina. Aunque ahora que lo escribo me dio ganas de jugar alguna campaña al Age...

—¿Cuál es el rol de la literatura hoy?
—Los de siempre: entretener, que el lector no se aburra, llevar al lector a un lugar que no imaginaba antes de comenzar el libro. Y participar de la revolución social, por supuesto.

—¿Cómo es la relación con el lector ahora que existen las redes sociales?
—Cuando apareció la primera edición de Lanús le pedí a la editorial que pusieran mi dirección de mail para que me pudieran escribir los lectores. Y fue una experiencia maravillosa. Hoy ni siquiera es necesario eso. Los propios lectores te buscan en las redes y te comentan el libro. Ese contacto directo me parece genial, me da alegría, ganas de escribir. Me encanta compartir con ellos opiniones sobre mis libros.

—¿Sentís que ser escritor le permite vivir varias vidas?
—No, el escritor vive una sola vida. El que vive muchas vidas es el lector. Por eso me gusta tanto leer. Si tengo que elegir, prefiero ser lector que escritor. Pero por suerte puedo hacerme tiempo para las dos cosas.

 

Título: Lanús
Autor: Sergio Olguín
Precio: $479
Editorial: Alfaguara
Páginas: 296

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