La falta de lluvias golpeó sin tregua y la cosecha de maíz decepciona al campo

La cosecha de maíz temprano se inicia con rindes que apenas alcanzan el 50% de su potencial, mientras la soja se beneficia de las lluvias tardías. La calidad del grano se convierte en un nuevo desafío

BAE Negocios

Los cultivos lucharon contra un verano despiadado, pero la cosecha del maíz temprano comenzó en un marco desalentador en el sudeste de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. El rendimiento de este cultivo, que en años normales puede alcanzar entre 12.000 y 14.000 kilos por hectárea, se ubica esta vez entre 5.000 y 7.000 kilos. Esta cifra revela que los productores enfrentan pérdidas de rindes que oscilan entre el 30% y el 50%.

La falta de lluvias en el período crítico de crecimiento obligó a los productores a adelantar la recolección. "Cosechar antes de lo previsto y con rendimientos muy por debajo de lo proyectado", es el panorama que describen algunos de ellos, golpeados por la sequía. A pesar de las expectativas, la realidad se presenta dura y, para colmo, la calidad del grano cosechado no resulta óptima, lo que añade una preocupación adicional al sector.

A diferencia del maíz, la soja logró beneficiarse de las lluvias tardías. Sin embargo, la situación de la soja de segunda es más compleja. Aunque algunos lotes perdieron todo debido a la sequía, otros experimentaron una recuperación parcial gracias a la mejora en la disponibilidad de agua. No obstante, los rindes de esta soja seguirán lejos de ser ideales, dejando a los productores en una encrucijada.

El inicio de la cosecha de maíz temprano evidencia las adversidades que enfrenta el sector agropecuario. Con rendimientos por debajo de lo esperado y desafíos en la calidad del grano, los productores deberán adaptarse a esta nueva realidad que, por el momento, resulta poco prometedora.

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