Fue quizás el mejor personaje de ese suceso llamado La Casa de Papel que acaparó la atención de millones de espectadores durante sus 5 temporadas. La serie española creada por Alex Pina cimentó una fórmula exitosa, que hasta tuvo una versión coreana.

El rol de Pedro Alonso, el carismático ladrón miembro y casi hermano del Profesor, cabecilla de la banda que asoló la fábrica de moneda, tuvo tal impacto que aún después de morir al final de la primera temporada -sacrificándose por sus compañeros, dado que tenía una enfermedad terminal- siguió apareciendo fantasmalmente durante el resto de la serie.

Ahora, tiene su propio show, que transcurre unos años antes de aquel famoso golpe. Encontramos a un Berlin completamente hedonista, aún ignorante de su enfermedad, por lo cual vive la vida al máximo.

Pedro Alonso, el alma de la serie. (Foto: Netflix)

La ficción comienza con su tercera esposa abandonándolo, y él en off presentando la situación: "Sólo hay dos cosas que pueden convertir un día de perros en un día maravilloso: una es el amor y la otra, un botín millonario".

La acción de Berlin tiene lugar en Paris, donde nuestro anithéroe se encuentra trabajando con "una de las tres bandas en las que estuve; mi favorita" preparando una locura: hacer desaparecer 44 millones en joyas como si fuera un número de ilusionismo.

Esta banda parece repetir los physique du rol de la que conocimos en La casa de Papel: Michelle Jenner interpreta a Keila, una eminencia en ingeniería electrónica, tímida y nerd; Tristán Ulloa es Damián, un catedrático filántropo y confidente de Berlín; Begoña Vargas interpreta a Cameron, una kamikaze que vive siempre al límite; Julio Peña Fernández da vida a Roi, el fiel escudero de Berlín; y Joel Sánchez interpreta a Bruce, el implacable hombre de acción en la banda. 

Por supuesto que hay referencias a su serie madre, con algunos comentarios del propio Berlin y la participación de Itziar Ituño y Najwa Nimri como las policías Raquel Murillo y Alicia Sierra respectivamente. 

A lo largo de sus ocho episodios, Álex Pina y Esther Martínez Lobato hacen uso de dinámicas conocidas respecto de los vínculos que se forjan entre estos particulares ladrones, cuatro de ellos jóvenes y bastante atolondrados para encarar con seriedad el difícil plan de Berlin.

Pero hay que destacar que el propio líder de la banda a veces se comporta como un adolescente. Enamoradizo al extremo, en plena misión enloquece por la esposa de una de las víctimas indirectas de su plan delictivo.

Berlín enloquece de amor por una joven a la que conoce en Paris.

Berlin miente casi todo el tiempo para relacionarse con ella, pero está enamorado -u obsesionado, es casi lo mismo para él- de verdad. Y su delirio romántico puede poner en peligro el plan, alejarlo del foco del trabajo y hasta enemistarlo con su gente.

La personalidad de su actor principal es avasallante, y es el sostén del resto del elenco. A veces es un poco autoritario y soberbio, nada que nos sorprenda demasiado, pero ahora es el jefe, y lo hace notar.

En el marco de ese subgénero tan prolífico que es el heist series (historias de atracos), Berlin cumple con entretener incluso con algunas escenas bastante inverosímiles, tensión sexual y suspenso. La receta sigue funcionando.