Estrenada en el último mes del año que terminó, la serie apocalíptica animada de Dan Guterman (creador de Rick & Morty y Community) es una propuesta notable, para no pasar por alto en la marea de lanzamientos. 

El título podría predisponernos a una propuesta sombría y deprimente pero, por el contrario, logra una mezcla luminosa a su manera, existencialista, absurda y salpicada de humor de tono seco. La premisa es clásica: un asteroide viene hacia la Tierra y todos van a morir. Los científicos establecieron cuánto tiempo queda para el final y en el cielo se ve el cuerpo celeste cada vez más grande junto a la luna. Una imagen de dos lunas tan bella como letal. La gente enloquece: salen de fiesta todos los días, se marchan a recorrer el mundo, abrazan el nudismo, se lanzan en paracaidas y hacen todo lo que siempre quisieron hacer.

En ese contexto está inmersa Carol, la protagonista tierna y muy querible. Una mujer soltera de 42 años que se encuentra desorientada entre tanta gente aventurera y con deseos claros: no sabe bien qué quiere hacer con la vida que le queda. La comediante Martha Kelly encuentra el tono perfecto para la voz del personaje. 

La serie genera una atmósfera casi onírica y, a pesar del contador de minutos que avanza hacia la ecatombe, transmite un efecto de tiempo suspendido. En esa flotación reflexiona a su manera sobre la sociedad, el trabajo y especialmente los que hacemos con otros seres humanos (y también con las cosas). 

Una propuesta tan fatalista como encantadora.

Se puede ver la temporada completa en Netflix.