BERLINALE

El Castillo, una película sobre los mandatos filmada en medio de La Pampa

La película que se presenta en la Berlinale, gira en torno a la historia de Justina que era empleada doméstica que hereda la mansión de su empleadora con la condición de que se quede a vivir allí.  Pero su hija Alexia decide partir

Fernando E. Juan Lima

Desde Berlín

Especial para BAE Negocios

Presentada en la sección Panorama en el Festival de Cine en carácter de premier mundial, El castillo es una de las películas que más se comenta aquí en Berlín.

"De alguna manera, la película empezó en 2015. Ahí conocí a Justina y Alexia, y boceté un primer texto, porque quería empezar a filmar de inmediato. Como eso no sucedió, retomé la escritura en 2018-2019, y ya en 2020 empezó el trabajo más formal de desarrollo, con el apoyo del INCAA", dice Martín Bechimol, director de el Castillo.

La película se finalizó dos semanas antes del estreno en la a Berlinale, donde  tuvimos ocasión de hablar con su director.

- ¿Cómo surgió la idea de El castillo? ¿Cuál es tu relación con esa historia?

Conocí a Justina y Alexia cuando estaba filmando mi película anterior, El Espanto. Andábamos en búsqueda de curanderos por una zona rural de la Provincia de Buenos Aires, y nos recomendaron visitar uno cerca de un castillo. No encontramos con una casona gigante con una cúpula en medio del campo, en un camino sin salida frente a un río.Ahí golpeé las manos y salió Justina. Estaba vestida de ropa de trabajo. Pedí hablar con la dueña de casa.Ella sacudió mis prejuicios de clase. Me dijo: "Yo soy la dueña, pasá" 

- Ese día nos la pasamos juntos hablando de cómo habían llegado ahí, de toda su historia. Desde ese día empezó una amistad, que ya tiene siete años, y que fue fundamental para desarrollar y filmar El Castillo de la manera que lo hicimos.

 

-  ¿Cómo establecieron (si lo hicieron) las fronteras de ficción y no ficción?

Desde que conocí a Justina y Alexia quedé impresionado con la cadencia dramática natural de su historia. Armé una línea de tiempo con todos los acontecimientos que me parecían relevantes, y vi que la salida de Alexia de la casa era la culminación de muchísimos años de historia: madre e hija, frente a una inminente separación, estaban ante la oportunidad de soltar un mandato.

 

El Castillo, una película sobre los mandatos filmada en medio de La Pampa

La propuesta era: a veces, grabar su vida diaria; otras veces, recrear, jugar o representar situaciones que habían vivido en el pasado (o que habíamos vivido juntos); y en otras oportunidades imaginábamos un futuro posible.

Yo les proponía una situación, quizás una línea de diálogo como disparador. Y luego ellas continuaban. Era maravilloso ver que cuando una escena estaba bien planteada, ellas no actuaban, estaban prácticamente viviendo esa situación, sea del pasado o del futuro. or eso cuando me preguntan si es una ficción o un documental, yo realmente pienso que ambas le quedan bien.

 

 

- ¿Y ellas participaron del guión? (El final -cero spoiler- es emocionante) ¿Ficción, documental o deseo?

Ellas no participaron en la escritura formal del guión. Pero cada vez que filmábamos una escena, inevitablemente se veía modificada y a veces transformada por su manera de representarla. Eso fue haciendo mutar el guión porque la película se filmó en cuatro etapas repartidas en un año. Y entre cada etapa hacía bocetos de montaje y actualizaba el guión. 

Incluso sucedió, durante ese año de rodaje, que los planes de Alexia fueron modificándose. En un momento quería estudiar mecánica, luego trabajar en un taller, luego ser piloto de fórmula 4. (Risas).

Un dato de color: con Alexia vamos juntos cada año a la marcha del orgullo acá en Buenos Aires. Y ella se suele quedar a dormir en casa. Este año, durante esa visita, yo estaba bocetando una secuencia de la película, y algunas jornadas ella me cebaba mates mientras veía como yo la editaba a ella misma. Nunca me había pasado algo así. Es un poco enloquecedor (risas).

El final de la película, cuando lo rodamos, era un futuro imaginario. Ahora te puedo decir que se parece bastante a lo que está sucediendo. Solo que Alexia no se va a mudar a Buenos Aires, sino a Lobos, a 40km por camino de tierra del castillo.

 

 

 

 

¿Cómo fue ver la película con ellas?

Ellas fueron viendo los armados previos; todavía no vieron la versión final. Queremos verla juntos en una sala de cine. Hay grandes posibilidades de que eso suceda en los próximos meses, en un festival que no podemos desvelar aún. 

Siempre que vieron armados previos fue muy estimulante para lxs tres. Y también eso colaboró con sus herramientas escénicas. Porque veían el resultado de lo que habíamos rodado en el contexto del montaje, en diálogo con otras escenas. Y entonces iban entendiendo muchos procedimientos que hacíamos durante el rodaje. En este tiempo Justina y Alexia adquirieron muchísimo oficio en la actuación, y también lo empezaron a disfrutar cada vez más. Yo soy un convencido de que cualquier persona que quiera puede actuar. 

 

¿Sentís que hacerla les influyó/modificó en algo? ¿Lo hablaron entre Uds.?

Creo que el rodaje se fue convirtiendo de a poco en un ritual de la separación. La salida de Alexia de la casa era algo de lo que hablaban poco, pero estaba sucediendo. Alexia buscaba carreras que estudiar, trabajo en otros lados, lugares donde vivir. Y realizar la película las hizo poner en escena eso que estaba pasando. Las ayudó a incorporarlo en su vínculo.

No creo que la película haya cambiado sus vidas, pero sí estoy seguro que las acompañó y ayudó a transitar este momento. Incluso Alexia me lo reconoció una vez, que el rodaje la estaba ayudando a hablar de esto con su madre.

También en la película hay una trama entre Justina y su novio a la distancia. 

Creo que tanto ella como todos los que la rodeamos sabemos que ese vínculo nunca va a dejar de ser telefónico. Y el rodaje le ayudó a decirlo, e incluso a reconocer que eso es una forma muy especial de acompañamiento.

Es muy poderoso el acto de representar la propia vida. Porque ponerla en escena te lleva a observar con cierta distancia y, muchas veces, con humor.

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