De "dolarizadores" a "prestidigitadores", ¿para evitar una corrida cambiaria?
Desde la "flexibilización del cepo" (para las personas humanas), anunciada el 14 de abril, la formación de activos externos se aceleró notablemente.
Oportunamente, vastos sectores de la ciudadanía, hartos de los errores cometidos por dos gobiernos consecutivos (Juntos por el Cambio y Frente de Todos), decidieron ponerle fin a tanto desatino en ocasión del ballotage de la última elección presidencial.
La herramienta utilizada para ello fue el voto a favor de un "cisne negro"(1), de quien muy poco se conocía y que suscitó así el "encanto" de la innovación. Pues bien, una de las promesas de campaña de la fuerza triunfadora, entre otras que llegaron a manifestarse como el cierre del Banco Central de la República Argentina (BCRA), fue la "dolarización" de la economía. Con este marco se puede observar, a casi dos años de la decisión de marras, que "la bota de potro no es para cualquiera"(2).
En el Gobierno campea la improvisación, ha agravado la herencia recibida, debido a su esencia "anarcocapitalista" no pergeñó un plan ni integró "equipo" y está a punto de introducir a Argentina en una hipercrisis anómica(3). Y el paradójico tratamiento dado a un "insumo clave" de nuestra economía (la divisa norteamericana) es un ejemplo paradigmático de lo señalado. Por lo tanto, es útil reflotar lo mencionado en "Economía bimonetaria en tiempos libertarios" (BAE Negocios, 02/06/2025), donde se "ambientó" una versión de un casi centenario tango titulado "¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?"(4).
También debe recordarse lo explicitado en: "Una economía bimonetaria y el anarcocapitalismo ¿pragmático? (Parte II)" (BAE Negocios, 04/11/2024), donde se precisó el análisis de esa singularidad: Argentina opera su aparato productivo con una moneda oficial (el peso) y una "cosa" (el dólar estadounidense), que por los usos y las costumbres funge como tal.
Esta realidad, con más de sesenta años de historia, determina una especificidad al momento de definir las políticas monetarias en este suelo, ya que su correcta administración necesita una relación de cambio estable y una tasa de interés real(5) similar entre ambos numerales. Para ello, naturalmente, la tasa nominal en pesos y la inflación doméstica deben asemejarse a la internacional(6).
Con el "prisma" de lo hasta aquí manifestado bien puede concluirse que las medidas tomadas por la actual administración nacional, desde sus inicios, han ido decididamente en dirección contraria. Entre ellas destaca el "Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos", que pretendía que todas aquellas personas, tanto humanas como jurídicas, utilicen sus dólares ahorrados o atesorados (argendólares(7), en la jerga) para adquirir bienes y servicios destinados al consumo o la inversión, de origen tanto local como extranjero(8) .
La decisión se justificó afirmando que "se trata de un nuevo régimen que les permitirá disponer libremente de sus divisas sin tener que demostrar todo el tiempo de dónde las sacaron. En este sentido, la premisa será lo tuyo es tuyo: podés gastarlo y usarlo como quieras". Pero, la moneda estadounidense no solamente siguió "sin ver el sol" sino que además creció su stock, ya que las "familias" por "motivos precautorios"...
Siguieron acumulandoCon los datos aportados por el BCRA (cuenta de capital cambiaria) se elaboró un elocuente gráfico donde se refleja que la formación de activos externos del sector privado no financiero alcanza, para el total de los primeros siete meses del corriente año, un total de USD14.292 millones, superior al desembolso realizado por el Fondo Monetario Internacional a lo largo de 2025.
Como puede examinarse, desde la "flexibilización del cepo" (para las personas humanas), anunciada el 14 de abril, la formación de activos externos se aceleró notablemente.
La evolución fue exponencial: pasó de USD2.021 millones en el cuarto mes a USD5.526 millones en julio del corriente año.
Por lo tanto, como reza el dicho popular...
"A confesión de parte, relevo de prueba"
El Gobierno libertario intenta "tapar el cielo con un harnero" pero no lo consigue y las externalidades negativas resultan cada vez más evidentes.
La "conducción económica", de existir, ha empleado todo un arsenal de acciones para contener el precio de la divisa:
- ventas en los mercados futuros
- manejo de todo tipo de instrumentos para elevar la tasa de interés
- reglamentaciones favorables para el ingreso de capitales golondrinas "hot money"
- venta de reservas en el mercado cambiario.
Sin embargo, nada de ello derivo en resultados positivos para su estrategia, dado que no se avanzó sobre los verdaderos problemas que aquejan al mercado cambiario:
- el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos
- la extraordinaria apreciación del peso producto de la inflación en dólares que sufrió el país
- la falta de una correcta administración del comercio exterior (ACE).
El actual esquema económico está terminado, y como poco puede hacer la gestión de La Libertad Avanza para revertirlo, se impone un abrupto giro para evitar un descalabro generalizado. El proceso eleccionario en curso es una oportunidad excepcional para debatir, en esta hora, el destino de la nación.
Por lo tanto, es deber de toda la dirigencia política, empresarial, sindical, social y religiosa reflexionar y plasmar las bases que permitan sentar un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (Modepys) con orientación a la producción, con una inserción internacional inteligente (3I).
Lic. Guillermo Moreno
Lic. Pablo Challú
Lic. Walter Romero
Agradecemos la colaboración de Roberto Nuesch
[1] Dícese así a la irrupción inesperada de un “nuevo” actor en el “escenario”.
[2] Refrán criollo que refiere a las capacidades de un “domador”.
[3] Se define como Hipercrisis, al estadio anómico posterior a la Supercrisis, provocado por la agravante ausencia de legítimos emergentes políticos, que funjan como garantes de la restitución del orden.
[4] Recreación del Tango “¿Dónde hay un mango Viejo Gómez?”, interpretado popularmente por la voz de Tita Merello, con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro.
[5] Se denomina Tasa de Interés Real a la Tasa de interés nominal anual (TNA) descontada la inflación del período.
[6] La experiencia acumulada, tal cual quedó demostrado en la primera década de este siglo, nos indica, con evidencia empírica, que es factible conseguirlo.
[7] Los cerca de USD 430.000 millones que el Pueblo argentino atesoró, deben ser utilizados, con los instrumentos adecuados, para acelerar el crecimiento de la economía mediante múltiples proyectos de inversión.
[8] Increíblemente, un “Libertario”, desde la administración central, intentaba corregir una decisión tomada desde el “Libre Albedrío”, por familias y empresas “libres”, con un “Plan”.