Perspectivas

La CGT busca asumir en 2022 el protagonismo prometido en la gestión del Gobierno

En las pulseadas de paritarias "cada sindicato atiende su juego", pero la necesidad de que se robustesca la recuperación económica es vital a consideración del Movimiento Obrero. Más empleo y recuperación del salario real son metas compartidas por todos. La convivencia de un amplio sector de Azopardo con el ala K del oficialismo es un tema con final abierto

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Desde aquella declaración pública de diciembre 2019 durante la visita del Presidente Alberto Fernández a la CGT y en cuanto a que dicha central "es parte de este Gobierno", como pronunció Héctor Daer aquel día en Azopardo, pasaron dos años de pandemia. Dicho tramo tuvo para el cotitular de Azopardo tanto ese rol como en el de referente de los trabajadores y trabajadoras de Sanidad. En su pago chico debió mantener con su equipo una encomiable labor para pugnar por derechos ampliados para ese sector esencial, incluidas las paritarias y además asimilar los "errores no forzados" de la Casa Rosada. 

A mitad de gestión gubernamental del Frente de Todos, en el sector dominante en la CGT mantienen la esperanza de "ser parte" de la toma de decisiones y allí reside uno de los desafíos 2022. Sobre lo referido al marco político e institucional esa condición no es negociable. Tampoco lo son las negociaciones paritarias de cada gremio, "sin techo" o "cielorraso" amén de las pautas salariales o el cobijo en tiempos de furia pos PASO que le brindaron al ministro de Economía, Martín Guzmán.

No hay secretos en cuanto a que el grado de simpatía del núcleo tradicional de Azopardo con el ala K del FdT es menos que protocolar.

Sin perjuicio de esa realidad tan inocultable como el Aconcagua, algunos dirigentes de relevancia cegetista le rubricaron a este medio su beneplácito por la labor y tendido de puentes de una de las figuras del Gabinete nacional, el ministro de Interior Wado de Pedro.

 

Confían en avanzar a paso sostenido en los meses que restan para 2023, con el titular de Interior como nexo para la inevitable comunicación que este Gobierno de coalición exige. Otros puentes se detonaron y el silencio hasta de Whatsapp es fiel reflejo con los K. Los más osados, incluso, evalúan que esa ala ya no es el "socio mayoritario del oficialismo".

 

Salud y dinero

 

En un tema áspero como los fondos de las obras sociales, es prioridad para los gremios que esa recuperación económica sea robusta incluso para que se destinen fondos para compensar, de alguna manera, las erogaciones que los sindicatos tuvieron y tienen por los pacientes de Covid, "abandonados" por las ART.

Tiempo de recordar, estadísticas de las últimas semanas en mano, que la pandemia todavía reserva un final abierto en cuanto a su gama de impactos. Así lo infieren en los sindicatos.

Esa convivencia con el Frente de Todos, más allá de la unidad de la CGT sellada en "tiempo de descuento" el 11 de noviembre en Parque Norte, incluye una visión autocrítica puertas adentro de Azopardo. Dentro del sector de gremios "alérgicos" al kirchnerismo algunos atraviesan procesos de crisis desde hace años y eso va más allá de la diáspora. "Son los que deberán definir que quieren hacer con su presente y futuro", reseñaron desde la central obrera en cuanto al cobijo que hasta ahora recibieron de sus pares cegetistas.

En cuanto a aspiraciones colectivas se reitera, la recuperación económica es el trazo grueso. Incluye los salarios, más allá de que cada sindicato discute en su propia mesa de negociación las paritarias.

Y en cuanto a definiciones de fondo en política, un ejemplo está nítido para el amplio sector que comandan Pablo Moyano en el triunvirato y Sergio Sasia en la CATT, la prioridad de concretar la Ley Federal de Transportes. Dicha norma, para los sindicalistas, es medicina económica, social y laboral para el país.

Las expectativas no sólo abarcan la economía. Para la CGT la espera incluye su protagonismo en directa proporción a los avales que renovaron incluso en su Congreso de Parque Norte el 11 de noviembre a la figura presidencial y la correspondiente toma de decisiones.

 

El espanto a la derecha

 

En cuanto al sector no tradicional cegetista, que tiene a Pablo Moyano como referente claro, la premisa es "despertar y activar colectivamente y más allá de cualquier diferencia" bajo el santo y seña que la opción a este Gobierno es el retorno de la derecha neoliberal al poder, con todo lo que implica.

Y ese trazo, casi al mismo tiempo que algunos sindicatos levantaban las copas para los brindis de las Fiestas, tuvo un detonante que no fue en el tenor de fuegos de artificio, sino a nivel bomba de estruendo. Hablamos de la confirmación con video y audio de los dichos del ex ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas, y su apetencia para concretar una "gestapo sindical".

Hecho que dentro del sindicalismo fue la validación de las peores sospechas sobre el tramo 2015/2019 pero en modo alguno una sorpresa. A la hora del reclamo colectivo y a viva voz, sólo se rescató la conferencia de prensa donde coincidieron sindicalistas con alto nivel de sintonía K, incluso fue una exposición conjunta de algunos cegetistas con la CTA de Hugo Yasky.

La cuestión también realza en el temario que desarrollarán las centrales obreras en el año que comenzó.

Uno de los pocos analgésicos para un nivel de exigencias apreciables para el sindicalismo es que 2022 no tiene el rótulo electoral, aunque sí de meses previos y tal gravitación es manifiesta en virtud de que todo sindicato es político.

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