La escena sexual

Estados Unidos en guerra contra la pornografía

Desde hace un año y medio, diversas entidades ligadas tanto a la derecha conservadora como a ciertas posturas radicales tratan de eliminar la pornografía en los Estados Unidos. Y han logrado algunos éxitos importantes contra el portal de videos PornHub.

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En los EE.UU., desde hace poco más de un año, se desarrolla una feroz campaña de ataque contra la pornografía. Recordemos que fue el primer país de América en legalizar el cine XXX, en 1974, después de que un comité especial pedido por Nixon, integrado por políticos -tanto conservadores como liberales-, religiosos y científicos, concluyera que la pornografía era totalmente inocua. Que si una persona no es un psicópata, no se volvería psicópata por ver gente teniendo relaciones sexuales. Es cierto que Nixon protestó, pero ya saben: la gente estaba un poquito más preocupada por Watergate y Vietnam que por un par de tetas, y no hubo mucho más que hacer. El porno se volvió legal y no causó mayor mella en nada.

Pero los EE.UU. es un país muy grande, muy bello, muy variado y, por consiguiente, muy contradictorio. Hay estados de un liberalismo (ya que estamos: "liberalismo" no es exclusivamente "libremercadismo" ni dejar de pagar impuestos -eso es conservadurismo amarrete-, sino respetar las libertades individuales al máximo mientras no colisionen con las libertades de los demás) grande, como Nueva York, y otros de un conservadurismo extremo y casi teocrático, como Utah, hogar de los mormones. y Todo lo que hay en el medio, claro. Los EE.UU. (que ellos llaman "América" a secas, un tema de discusión interesante) han sido, también, el hogar de una utopía religiosa. Como explica Harold Bloom en La religión americana, es el único lugar donde han nacido "religiones", y existe en muchos -muchísimos- estadounidenses la idea de "pueblo elegido" por Dios. Eso explica en gran medida el conservadurismo. Y, claro, la guerra al porno.

Con Trump, estos grupos tuvieron un enorme peso. Pero también en el bando "liberal" hay voces contra el porno, sobre todo en un sector del feminismo que ve el cine adulto como un lugar de abuso y violación, de maltrato a la mujer. Es decir: confluyen en este caso la rabia religiosa y la corrección política a ultranza, que como saben suele tomar ribetes absurdos (vean lo que pasó con Disney y el "ocultamiento" de ciertos clásicos animados para que los más chicos no vean "estereotipos racistas" sin consejo de los padres). La presión contra el porno fue mayor en este último año y medio, cuando muchos medios ligados a grupos religiosos y conservadores desataron una verdadera persecución del porno.

Pueden leerse muchos artículos al respecto (en inglés) en el sitio XBiz, que es algo así como el Variety de la industria pornográfica, erótica y sexual en general. Muchos de ellos, escritos por Gustavo Turner, periodista argentino que hace años trabaja en los EE.UU. y se ha dedicado especialmente a investigar a todos estos grupos que, en última instancia, toman como único recurso de explicación la Biblia, muchas veces de modo literal. No es de extrañar que sean, además, personas que niegan la Evolución y odian a los homosexuales. Y creen que el porno ataca el modo de vida americano y pura y simplemente la voluntad divina. 

Una de las últimas y más importantes avanzadas de estos grupos terminó en un golpe tremendo contra PornHub, el referente más grande de difusión de pornografía on line. Como algunas vez explicamos, el verdadero negocio de PornHub no es el porno sino la información. Al tener una cantidad de accesos astronómica, puede comparar datos de consumo por países, edad, sexo, dispositivos, etcétera. A todo aquel que desee saber cuáles son las tendencias del audiovisual debe interesarle el reporte anual de PornHub (que, este año, viene retrasado: prometemos desarmarlo en cuanto salga) que permite predecir tendencias generales para el negocio del entretenimiento. Esos datos son oro puro para cualquier industria. Pero además PornHub es un gran derivador de tráfico para terceros y para empresas publicitarias, y ese es el ingreso que reciben. El sexo es solo el "gancho" de uno de los mayores negocios tecnológicos de la actualidad.

Ahora bien: después de protestas, acciones legales, apoyo de grupos antiporno del "otro lado de la grieta", se logró algo: que primero PayPal y luego Visa, Mastercard y Discover, las tres tarjetas de crédito más difundidas en los EE.UU. (también el mayor mercado del porno) cortaran los pagos a PornHub (que, además, tiene servicios de suscripción paga). La razón: el sitio permite, como YouTube, subir contenido creado por los usuarios. Y no hay manera de saber si esos videos o fotos son tomados con consentimiento de los participantes. Tampoco la edad. El sitio fue acusado de mostrar abusos y pornografía infantil, y eso bastó para que las tres compañías impidieran el pago a PornHub, un golpe inmenso a sus finanzas. Todo esto surgió de una investigación del New York Times donde se declaraba que el sitio mostraba contenido ilegal.

El resultado: PornHub eliminó 10 millones de videos de cuentas no verificadas y -dice- tomó medidas para que el contenido sea profesional. Hay ahora conversaciones entre Visa y MindGeek, la empresa dueña del sitio, para retomar pagos cuando se trata de contenido profesional. Después de todo, estas tres tarjetas sí permiten pagar a sitios porno: el problema es PornHub y la ilegalidad.

Pero detrás de las campañas contra PornHub (que, convengamos, ha hecho muy poco por verificar el contenido que se sube a sus servidores) hay presiones de grupos religiosos que decididamente quieren ilegalizar la pornografía. Incluso, tras la medida de las tarjetas, el sindicato de actores pornográficos (APAG, Adult Performance Artist Guild) tuvo reuniones con legisladores porque su trabajo está en peligro. Las cosas están tensas hoy y habrá que ver si el cambio de administración reduce las presiones o, por el contrario, son excusa para que aumenten.

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