El plan de lucha de una de las organizaciones sindicales del transporte podría ocasionar demoras y reprogramación de frecuencias en los servicios de trenes de todo el país el jueves. En efecto, el Sindicato La Fraternidad, que tutela a los conductores de formaciones de carga y pasajeros, hizo público un ultimátum a las empresas por la pérdida constante en salarios. Y recalcaron que el Gobierno mantiene la desinversión en los servicios de trenes.

 

Los maquinistas recalcaron que en marzo, abril y el corriente, con la negociación paritaria que se encuentra en punto muerto, "el perjuicio para esos trabajadores es inadmisibile". De esta forma La Fraternidad dispuso para el jueves que sus conductores circularán con un tope de velocidad de 30 kilómetros por hora en todos los servicios de pasajeros y cargas. Si no se genera una propuesta concreta y satisfactoria, advirtió Omar Maturano el secretario general del gremio, llevarán adelante un paro nacional de 24 horas el martes 4 de junio.

Maturano en diálogo con BAE Negocios se remitió a los términos del comunicado del sindicato donde se precisó que "ante la falta de respuesta por parte de las autoridades de las distintas empresas ferroviarias con respecto a la actualización de los haberes, donde las firmas no reconocen la pérdida del poder adquisitivo, como tampoco la inflación registrada en los meses de marzo, abril y mayo se estableció esta mecánica de reclamo".

La cuestión salarial es un capítulo relevante del conflicto pero no el único. En la estrategia de privatización que impulsa la gestión de Javier Milei, que inevitablemente incluye despidos, y como otras organizaciones gremiales de los trabajadores y trabajadoras de trenes los maquinistas puntualizan en que no es casual la falta de inversión y la desatención del gobierno por los servicios de trenes que ya incluyeron cambios de frecuencias, problemas en las recargas de tarjetas Sube y accidentes entre otras alternativas.

Las casualidades no existen

La Fraternidad también reclama por la falta de inversión en material rodante e infraestructura ferroviaria y el deterioro de las condiciones de trabajo que afectan el servicio y la seguridad, tanto de los trabajadores como de los pasajeros.

"Hay que preguntarse si somos conscientes sobre a cuánto estamos de una nueva privatización. Pero para que nos entiendan bien, porque los trabajadores sabemos de que se trata este servicio, remarcamos que privatización y concesión son dos palabras diferentes. La privatización es directamente vender, vender el suelo ferroviario, vender la infraestructura", le dijo Maturano a este diario. En la estimación del sindicalista está comprendida la gestión que en Trenes Argentinos Cargas con la presidencia de Daniel Vispo, un profesional que se forjó en el sector ferroviario, dicha empresa en labor coordinada con compañías privadas marcó estadísticas récord de carga transportada de 2019 a 2023, lapso que incluyó la pandemia.

Esa dinámica incluso significó que por un lado se agregaran productos que antes no se cargaban en tres como también la renovación de talleres ferroviarios propios para reparar máquinas, vagones y dispositivos varios. "Labor coordinada con el sector privado", remarcan en el gremio de trenes.