La Secretaría autorizó un incremento del 2% en el precio mínimo de adquisición del biodiésel, destinado a su mezcla con gasoil, en una medida que podría derivar en un ajuste en los precios de este combustible, si se tiene en cuenta la decisión tomada en ese sentido por las principales petroleras a mediados de mayo.

El aumento en el biodiésel se autorizó a través de la resolución 261/2025, publicada hoy en el Boletín Oficial, aunque el mercado de biocombustibles espera definiciones respecto al bioetanol a base de maíz y de caña de azúcar, que por el momento permanece sin modificaciones.

 

Biodiésel sí, bioetanol no

Habitualmente, Energía da a conocer mensualmente dos resoluciones referidas a ajustes en los biocombustibles, una sobre biodiésel y otra sobre bioetanol, pero este último sector no solo se encuentra a la espera de una medida al respecto, sino que además expresó su disconformidad porque en mayo el aumento que se les autorizó fue del 2%, a pesar de que para el biodiésel fue del 5%.

La decisión tendría el objetivo de evitar un incremento en los precios de las naftas que impacte en la inflación general, teniendo en cuenta que su participación en el mercado de combustibles es superior a la que tiene el gasoil.

De todos modos, el ajuste del 2% en el biodiésel podría derivar en una nueva suba del gasoil, luego del incremento promedio del 1% a principios de junio, precisamente luego de que se dieran a conocer las subas en los dos biocombustibles.

 

Cómo quedaron los precios

 

El precio mínimo de adquisición de la tonelada de biodiésel quedó en $1.276.874, un 2% más que los $1.251.837 de mayo.

Hasta que no se dé a conocer una resolución que lo modifique, el litro por precio mínimo de adquisición de bioetanol elaborado a base de caña de azúcar (destinado a su mezcla con naftas) sigue en $788,181, en tanto el elaborado a base de maíz se mantiene en $722,395.

 

Un componente del precio final

 

Los bicombustibles están destinados a su mezcla obligatoria con los combustibles líquidos fósiles tradicionales (naftas y gasoil) hasta un 12% en el marco de lo dispuesto por la ley 27.640.

Desde entonces, son uno de los cuatro componentes del precio al consumidor,  además de la cotización del barril de petróleo Brent, la variación de la paridad peso-dólar y la carga que representan los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono.