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El BCRA acelera la emisión en diciembre: las razones y los efectos

Se estima que deberán imprimirse $1,3 billones de los cuales el BCRA tiene que esterilizar $780.000 millones.

AMaza

La emisión monetaria se acelerará en diciembre, por más de $1 billón, para cubrir las obligaciones que tiene el Banco Central en el horizonte: dólar soja, déficit fiscal, pago de intereses y recompra de bonos. Si bien la demanda de dinero jugará a favor por la estacionalidad del mes, deberán esterilizarse $780.000 millones para no sumar presión en el mercado cambiario y financiero, con probable impacto en la inflación. Los analistas aclaran que en los primeros meses de 2023 será clave el orden monetario para no sufrir sobresaltos.

Un informe de Equilibra consignó que el BCRA deberá emitir $1,3 billones para cubrir las necesidades del último mes del año, que es el doble de lo que indica la “estacionalidad” habitual. La consultora destacó que en el promedio de los últimos 19 años la base monetaria suele crecer respecto a noviembre 5,3% en términos reales, por lo que si se repitiera esa dinámica deberían imprimirse $520.000 millones, o 0,5% del PBI, que serían convalidados por la demanda “sin sumar presión adicional sobre el mercado financiero y cambiario”

Durante diciembre, el pago de aguinaldos, los gastos por las Fiestas y las vacaciones hacen que los argentinos utilicen más pesos para afrontar sus gastos. Teniendo en cuenta eso, Equilibra sostuvo que la autoridad monetaria deberá esterilizar unos $780.000 millones excedentes, equivalentes a 0,7% del PBI. Las necesidades de emisión durante diciembre, indicó la consultora, se explican por cuatro factores

Por el reconocimiento del “dólar soja”, teniendo en cuenta que la liquidación será efectivamente los USD3.000 millones que espera el Gobierno, el BCRA deberá imprimir $480.000 millones de los cuales $176.000 corresponden al diferencial cambiario. A eso se sumarán otros $203.729 millones para cerrar las necesidades financieras del Tesoro, en caso de que se cumpla con un déficit primario del 2,5% del PBI y que se renueven todos los vencimientos de deuda local en la última licitación del año. 

En tanto, la autoridad monetaria deberá afrontar los pagos de intereses por los pasivos remunerados que en lo que va del mes implicaron $30.000 millones diarios y totalizarán $550.000 millones en total, según los cálculos de la consultora. Por último, la proyección es que se impriman $160.000 millones para continuar la intervención sobre la deuda en pesos en el mercado secundario.

Todo eso llevará la base monetaria a los $5 billones y los pasivos remunerados del BCRA a los $10,3 billones. “El mayor desafío serán los primeros meses del año que viene, con una demanda de dinero que suele revertirse. La disciplina fiscal y el resultado de las licitaciones serán claves para reducir la emisión. De esto dependerá cuán turbulento será el clima financiero/cambiario del 2023”, comentó Equilibra.

Por su parte, Econviews sostuvo: “La emisión de diciembre será alta, aunque la mayor demanda de dinero puede ayudar. El riesgo está en que esto no sea suficiente y haya un exceso de pesos que se dolarice, lo cual se traduce en más brecha cambiaria. Además, en enero la preferencia por tener efectivo cae. Será importante que la resaca monetaria de fin de año no sea grande para que podamos empezar el 2023 tranquilos”.

Vale recordar que las tensiones cambiarias y financieras de junio llevaron a una fuerte aceleración de la inflación. El IPC de julio fue del 7,4% por caso y alcanzó el registro mensual más alto en dos décadas. Parte de la estrategia del Gobierno para contener las expectativas es el ajuste fiscal y el final de los adelantos transitorios, con Precios Justos como columna vertebral. 

El sorprendente dato inflacionario de noviembre, del 4,9% mensual, fue en ese sentido. La consultora Invecq consideró: “Un programa de congelamiento de precios por sí solo tendrá los ya conocidos efectos en la Argentina: menos inflación a corto plazo, más inflación a largo plazo. No obstante, de momento, el Gobierno muestra una cierta mayor prudencia en el plano monetario-fiscal (y no así aún en las paritarias, que corren a la par o encima de los precios)”. 

“Por caso, todos los agregados monetarios corren por muy por detrás de la inflación (-20,3% a/a real el M1 en noviembre, -17,0% a/a real el M2 y -6,9% a/a real el M3). Incluso, la base monetaria “amplia” (incluye los pasivos remunerados del BCRA) a noviembre también corría un 6,4% real por detrás de la inflación (+80% a/a vs 92,4% el IPC)”, concluyeron.
 

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