El dólar, la industria y el cepo: señales de presión sobre la economía argentina
El dólar oficial avanza hasta $1.255 y Cavallo advierte por el atraso cambiario, la represión financiera y el freno de la actividad. Agenda marcada por tensiones cruzadas
El dólar oficial trepa este miércoles a $1.255 para la venta en el Banco Nación, con un alza de 20 pesos o 1,6%. Se trata del tercer día consecutivo de subas, en una jornada donde también se observa un repunte de los dólares financieros: el contado con liquidación se pacta a $1.239 y el MEP a $1.237. El dólar mayorista, referencia para operaciones comerciales, escala a $1.232, marcando un nuevo máximo histórico.
Pese a esta dinámica, el canciller Gerardo Werthein negó que el Gobierno proyecte una devaluación: “No, no tenemos prevista ninguna devaluación del dólar. El dólar en nuestro país es libre, las decisiones las toma el mercado”, aseguró ante una consulta del diario Il Globo, durante la cumbre del Mercosur que se realiza en Buenos Aires.
En paralelo, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo publicó una columna en su blog en la que insistió con la necesidad de levantar por completo el cepo y advirtió sobre el impacto del atraso cambiario. Según su visión, si bien se habilitó la compra de divisas para personas físicas, las empresas siguen restringidas, lo que impide una intermediación fluida: “El Gobierno no debería temerle a la liberalización completa del mercado cambiario ni a la eliminación de todo vestigio de represión financiera”.
Cavallo también alertó por la falta de intervención del Banco Central con reservas compradas en pesos, lo que, a su criterio, restringe la remonetización de la economía. Señaló que sin controles cambiarios, la previsibilidad de reglas permitiría bajar las tasas reales de interés, elemento que considera clave para “sostener la actividad y facilitar un crecimiento más vigoroso”.
Respecto de la inflación, citó gráficos de su hijo Alberto Cavallo que muestran un repunte en junio, aunque llamó a evitar exageraciones: “La tasa de inflación no se apartó del rango que mantuvo desde noviembre”, sostuvo.
En cuanto al nivel de actividad, advirtió que el EMAE mostró una recuperación en abril tras la caída de marzo, pero que hay señales de estancamiento en mayo y junio. “No debe sorprender, dado el nivel de la tasa de interés”, escribió.
Cavallo remarcó que el tipo de cambio oficial se encuentra atrasado, lo cual pone en riesgo a la industria local ante una apertura comercial más agresiva. Según su análisis, la sobrevaluación del peso agrava la situación en un contexto internacional en el que los exportadores de otras regiones —condicionados por las restricciones de importación de EEUU— buscan nuevos mercados, muchas veces vendiendo por debajo de sus costos.
“La mayor competencia externa es más intensa de lo habitual”, afirmó, y explicó que esa presión global puede afectar la competitividad argentina si no se ajustan los precios relativos. En ese sentido, propuso eliminar los controles y distorsiones para fortalecer el sistema financiero y fomentar inversiones de largo plazo.
Reservas en alza y expectativa de liquidación del campo
En este escenario, las reservas internacionales del Banco Central marcan una recuperación y se ubican en su nivel más alto desde enero de 2023. Sin embargo, el economista Gustavo Ber advirtió que, más allá de las posibles liquidaciones del agro, “la oferta se vería estacionalmente disminuida” y se perciben nuevos factores de demanda.
“Se extiende el reacomodamiento del dólar mayorista, y ante ello es que se acerca a los $1.250, aunque en la medida que dicho deslizamiento no genere un traslado a precios —siendo que la desinflación es un pilar económico y político— podría resultar conveniente para mejorar la dinámica de la apreciación cambiaria”, sostuvo Ber.
La tensión entre la flotación del tipo de cambio, el ritmo de la inflación, el nivel de actividad y la competitividad externa marca el pulso de una agenda económica que sigue cruzada por interrogantes estructurales.