La memoria inflacionaria de los argentinos reconoce un viejo axioma que asegura que los precios suben cada vez que el dólar gana posiciones, pero que si luego la cotización de la divisa baja, no responden de la misma manera y, por el contrario, se mantienen en el nivel posterior a la suba o bien se reducen en una proporción menor a la del billete estadounidense.

La tercera semana de marzo pareció dejar en evidencia esa realidad, con un dólar paralelo o blue que tuvo un cierre a $1.235 por unidad el viernes 14 de marzo, trepó hasta tocar los $1.300 en el transcurso del miércoles 19 y, tras la aprobación legislativa del DNU que allana el camino para la firma del acuerdo con el FMI, comenzó la jornada de hoy en $1.265, a mitad de camino de los dos extremos.

 

Qué pasó en la tercera semana de marzo

 

Los precios de los alimentos respondieron en consecuencia y por el momento es una incógnita si en la semana próxima se adecuarán a la disminución de la cotización del dólar, pero cerraron el período en análisis con una suba del 2,4%, el mayor crecimiento para un período similar desde julio del año pasado, de acuerdo con los relevamientos que periódicamente realiza la consultora LCG.

El contraste con las semanas previas es evidente y -al igual de lo sucedido en febrero- obligaría a la mayor parte de las consultoras a corregir las previsiones inflacionarias de principios de marzo, con un repunte de los precios de la carne, el protagonista principal del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los últimos meses, tanto por su estabilidad hasta noviembre como por su disparada de los cuatro meses posteriores.

Después de una suba del 1,8% en la tercera semana de febrero, ese mes cerró con nula variación en la cuarta semana, en tanto marzo tuvo un inicio que se presentaba auspicioso, con alzas del 0,8% y 0,1%, que permitían anticipar un mes más tranquilo que el anterior en materia de precios.

 

Las proyecciones para todo el mes

Pero el 2,4% de la tercera semana quemó los papeles de quienes auguraban una inflación menor a la de febrero, si se tiene en cuenta que, además de los alimentos, en este mes cobran importancia los aumentos estacionales de los gastos relacionados con la Educación y, en menor medida, el cambio de temporada en los de Indumentaria.

Por el lado de los servicios, más allá de la decisión de acotar los ajustes de gas y electricidad a niveles inferiores a la inflación proyectada, desde marzo habrá que computar el impacto de los incrementos en las tarifas de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

 

Las variaciones de precios

 

El rubro que encabezó las subas de la tercera semana de marzo fue el de Bebidas e infusiones para consumir en el hogar, que crecieron 5% respecto de la semana anterior, en un listado completado con Azúcar, miel, dulces y cacao (4,2%) y Carnes (3,5%) entre los tres más destacados.

Pero esas variaciones no tuvieron la misma incidencia en el nivel general de 2,4%: sólo entre Carnes y Productos lácteos y huevos representaron el 74% del total, con un aporte de 1,07 y 0,71 punto porcentual, respectivamente.

 

El acumulado mensual

En el acumulado móvil de las últimas cuatro semanas, LCG señaló un incremento promedio del 3,2%, que en la medición unta a punta ascendió al 3,4%.

Al igual que en la medición semanal, también en la mensual Carnes y Lácteos fueron los principales componentes en cuanto a la incidencia en el 3,2%  general, con 1,50 y 0,65 punto, respectivamente, que sumados implican una participación del 67%.

 

Los dos rubros acumulan una suba mensual del 4,8%, en tanto Verduras, luego de varios meses de bajas estacionales, se anotó en el tercer lugar con un 3,4%.

Si bien los alimentos no son todo el IPC, constituyen el principal capítulo en el consumo promedio de los argentinos, con variaciones según la región y, dentro de ellos, el rubro “Carnes y derivados” tiene una participación de aproximadamente el 10% de los gastos familiares totales.