En la UIA temen que los problemas macro más la tercera ola condicionen la remontada
Había proyectado crecer 4,5%, pero la inflación, la brecha cambiaria y la pandemia ponen dudas. Alertaton que sa sequía en el campo ante la ola de calor que se instalará en el país impactará en la molienda, un sector clave en la actividad industrial. Analizan el nivel de ausentismo por pandemia, aunque admitieron que la alta vacunación en fábricas puede morigerar el impacto, de acuerdo a las medidas de aislamiento que dictaminen las autoridades sanitarias.
En la Unión Industrial Argentina (UIA) se acrecentó el temor de que las tensiones en la macroeconomía, sumado a la crisis en la producción por la tercera ola de contagios del Covid, golpeen a las proyecciones de crecimiento en torno al 4,5% que tiene para este año. Los empresarios y los equipos técnicos evalúan por estas horas cómo condicionará a la reactivación el retraso de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), o un entendimiento poco favorable para el mercado interno, y los parates en los sectores que tienen líneas continuas en sus fábricas.
Según admitieron fuentes industriales consultadas por BAE Negocios, los analistas tienen en cuenta variables clave para entender el comportamiento fabril de los próximos meses: la cantidad de vacunados en las empresas, los días de aislamiento que el Gobierno imponga para los contagios y contactos estrechos por la pandemia, y la sequía ante la ola de calor que se instalará en el país y que impactará en la molienda.
Estos temas son de agenda más novedosa, ya que los conflictos por la inflación, la brecha cambiaria y la falta de acuerdo con el FMI estaban en la lista de pendientes de resolución. "Cuanto más tiempo pasa sin resolución, más problemas se generan, y eso obliga a hacer nuevos reajustes", le dijo a este diario un empresario del sector.
Existe un escenario favorable para analizar la tercera ola de Covid: enero y febrero suelen ser meses afectados por la estacionalidad generada por parates de vacaciones. Pero a los sectores que tienen maquinaria de funcionamiento continuo "les puede generar pérdidas importantes", señalaron desde la UIA. Ahí pega con fuerza la segmentación de sectores que mostraron recuperación heterogénea durante el año pasado.
Sucede que para la actividad fabril el 2021 fue un "muy buen año, de mucho crecimiento industrial", aunque admitieron que se explicó "básicamente por el rebote de los cierres del 2020". "Con respecto a 2019 se creció más, pero con heterogeneidades. Hay sectores que aprovechan la brecha cambiaria y crecen, y traccionan a sectores que están aguas arriba. Pero hay otros, de mercado interno y de consumo, que tuvieron un año muy bueno con respecto a 2020, pero siguen atrás de 2019", graficó un asesor técnico de las fábricas.
Los empresarios siguen de cerca las variables inflacionarias y las medidas para contener la suba de precios. Mientras se sientan en una mesa para acordar precios estables, como en el caso de las alimenticias, sufren el impacto de la inflación mundial y la suba de costos, según afirmaron al ser consultados.
Y si bien son variables que se comunican, las dueñas y dueños de las fábricas alertaron que, a diferencia de la crisis de 2002 (cuando la inflación era alta), "el contexto actual es muy complejo, ya que ahora se suma la brecha cambiaria, el empleo con crecimiento pero no con tanto impulso y una pobreza relevante".
Allí ponderan al acuerdo con el FMI como ordenador de la recomposición de otras variables. Pero admitieron que no será única condición para sostener el crecimiento, sino que esperan políticas de "incentivos para los bienes transables para poder exportar más, que es lo deseado, pero que hoy la macro les juega en contra".