Inversiones con foco en género: una de cada tres pymes es liderada por una mujer
El 75% de las empresas lideradas por mujeres en América Latina no tienen acceso a capital. Invertir con foco en género no solo implica un mayor impacto en las comunidades sino un mejor retorno de esas inversiones
En América Latina, entre el 35 y el 45% de las Micro y Pequeñas Empresas (MiPymes) son lideradas por mujeres, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Históricamente, las emprendedoras y empresarias tienen menos acceso a créditos y financiamiento. Sin embargo, ellas ofrecen un menor riesgo de morosidad y un mayor retorno de la inversión, de acuerdo a informes de la Alianza Bancaria Global.
Las mujeres invierten en sus emprendimientos un 50% menos de capital que sus pares masculinos, y logran un 20% más de ingresos, de acuerdo al BID. Además, las Pymes lideradas por mujeres tienen una probabilidad de impago un 54% menor que aquellas dirigidas por hombres
No obstante, el 75% de las empresas lideradas por mujeres de la región, no tienen acceso al capital que necesitan para crecer, reporta el Global Entrepreneurship Monitor (GEM 2023). Esto representa una oportunidad de financiamiento de casi u$d 100 mil millones de dólares.
Esta brecha tiene causas sociales y culturales arraigadas, y también un correlato en la falta de equidad de género en el mundo inversor. Solo un tercio (34%) de los cargos de toma de decisiones en los fondos de inversión son ocupados por mujeres. Y menos del 25% de las compañías inversoras en la región son propiedad o tienen participación mayoritaria femenina.
Sorteando obstáculos
Las mujeres tienen más dificultades para acceder a créditos y financiamiento, dado que también presentan mayores niveles de informalidad y precarización laboral que los varones. La participación laboral femenina es 22 puntos porcentuales inferiora la de los hombres
(CEPAL), mientras que la tasa de informalidad laboral femenina es del 48%. Esto genera para ellas una mayor dificultad en el cumplimiento de los requisitos para acceder a productos y servicios financieros, como garantías e ingresos estables.
También incide la falta de educación financiera y la falta de confianza en los servicios financieros tradicionales y digitales.
En América Latina, cuatro de cada 10 mujeres no están conectadas o no pueden costear una conectividad efectiva a internet (CEPAL) y un 60% de ellas considera que una de las barreras más importantes a la hora de emprender es la falta de habilidades y competencias digitales.
En cuanto a la brecha financiera, las mujeres tienen 20% menos probabilidad que los hombres de tener una cuenta bancaria, según datos del Banco Mundial. En la región, solo el 11% de las mujeres cuenta con algún producto crediticio, en comparación con el 53% de las mujeres en países de la OCDE. En tanto, las solicitudes de préstamos presentadas por mujeres tienen un 15% menos de probabilidad de ser aprobadas.
Además de estos obstáculos operativos, existen sesgos y estereotipos de género que restringen y crean barreras para las mujeres en las finanzas y el espíritu empresarial. Por otra parte, la carga de trabajo de cuidados no remunerada, obliga a las mujeres a gestionar responsabilidades tanto domésticas como profesionales y les quita tiempo para su desarrollo empresarial y profesional.