Coloquio de IDEA

La pobreza reinstaló el debate por el impuesto a las fortunas

Panelistas del ámbito social defendieron el aporte solidario, ante la resistencia empresaria. En el panel se mostró el acercamiento del empresariado a las organizaciones sociales, y la necesidad de integrar a las cooperativas a la cadena productva formal.

amaciel

Ante el crecimiento de la pobreza, luego de la crisis económica generada por una recesión de más de dos años y la parálisis por la pandemia del Covid-19, el 56° Coloquio de IDEA puso en debate el rol del empresario en articulación con las organizaciones sociales para refundar la relación con la comunidad y aceitar vínculos productivos. Allí, en un clima de cooperación, se metió el debate por la ley que busca cobrarle un impuesto a las grandes fortunas: los dirigentes sociales la consideran necesaria para este momento, mientras que los empresarios la resisten.

"El aporte solidario es necesario para este momento. Lo dijo incluso el FMI, que se debía avanzar sobre un impuesto al capital concentrado. Estamos ante una necesidad de distribución", sostuvo el sociólogo Nahuel Sosa, uno de los integrantes del panel "Agenda para una Argentina con medio país en la pobreza".

El pensador además dijo que la resistencia empresaria al aporte "tiene más que ver con problemas culturales que económicos", y que están vinculados con "tensiones internas del país". "De no ser por la grieta, debería ser visto como algo lógico y natural", sostuvo ante una pregunta de BAE Negocios en una conferencia de prensa posterior al debate público.

Por su parte, Alejandro "Pitu" Salvatierra, miembro del Instituto Villero de Formación, se mostró de "acuerdo" con la sanción de la ley: "Soy parte del universo que será beneficiado. Será focalizado a las grandes fortunas, y si está bien utilizado, servirá de mucho".

En la charla quedó claro el buen vínculo que el programa "Seamos Uno" que lanzó IDEA para ayudar a la emergencia alimentaria generó un clima de cooperación con las organizaciones sociales.

Salvatierra valoró la ayuda recibida por el empresariado a través de #SomosUno y planteó como un escenario necesario para comenzar a salir de esta crisis laboral que “la clase media se ponga nuevamente de pie, porque si ellos se activan, comienzan a trabajar aquellos que tienen oficios y nuestras mujeres también pueden volver a sus trabajos en las casas, que aunque sean trabajos informales, reactivan a todos”.

La importancia de la denominada economía popular fue valorizada por Sosa, quien la definió como “innovadora y creativa”, porque “son excluidos del trabajo formal que se reinventaron con su propio trabajo, y en un sector muy importante porque producen y activan el consumo”.

Desde ese sector, Salvatierra coincidió con Sosa, pero abrió aún más el juego y propuso la necesidad de entablar un puente de dialogo con los empresarios para que las iniciativas de este sector tengan un futuro de crecimiento a partir de saber las necesidades de aquellos que invierten en adquirir productos o bienes que generan desde estas iniciativas laborales.

“Necesitamos que este esfuerzo productivo sea sustentable y son las empresas las que pueden decirnos cuál es el camino más rápido y eficaz también a partir de sus necesidades. Ellos pueden acércanos a las cadenas de valor. Necesitamos que los empresarios nos digan donde hay que poner el foco. Ayudarnos mutuamente”, enfatizó Salvatierra.

También sumó la necesidad de que este sector marque el camino sobre donde poner el foco de la formación de los jóvenes, que muchos se proyectan en talleres de oficios que se generan en los propios barrios más humildes.

“Nosotros tenemos que salir de los prejuicios, generar encuentros, puentes de dialogo, escucharnos mejor, ser empáticos y ponernos en el lugar del otro”, dijo Andreani.

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