Pese al temor de devaluación en agosto, el dólar futuro cedió y favoreció al BCRA
Fuertes bajas en todos los plazos. El Banco Central salió ganando por sus intervenciones en el mercado de futuros
Con la brecha entre el dólar mayorista y el contado con liquidación en el 98,4% y sin divisas en las reservas internacionales para poder achicarla, el mercado espera que tarde o temprano, el dólar oficial y el paralelo se acerquen y por eso busca cubrirse con instrumentos indexados o con cont+ratos que le congelen la cotización del dólar oficial al último día de cada mes, es decir, con dólar futuro. La curva de rendimientos implícitos de cada contrato del Matba-Rofex muestra que las apuestas se aglutinan para los días posteriores a las PASO. Sin embargo, esta apuesta a cubrirse en caso de devaluación lleva meses repitiéndose dejando al Banco Central como uno de los principales ganadores, que termina absorbiendo el exceso de pesos que cada contraparte está dispuesta a pagar por la cobertura.
La cotización del dólar futuro para el 31 de agosto cerró la semana en $318, 18% por encima de los $269,45 del dólar oficial, con una tasa de interés implícita del 340% efectivo anual, una cifra desarbitrada del resto de las tasas del mercado. Horas antes, había llegado a cotizar a $329,30, con un avance del 1,3% en toda la semana. En esta baja, que se vio sobre todos los plazos después del mediodía, el mercado leyó como gran ganador al BCRA. El economista Fernando Marull de FMyA estimó que “Hoy gana el BCRA $10.000 millones” por sus ventas de dólar futuro por USD1.000 millones, al tiempo que repasó sus críticas porque la institución siguió perdiendo reservas en divisas tanto en dólares como en yuanes en el mercado oficial.
En efecto, el BCRA terminó la semana con ventas por USD223millones y yuanes por el equivalente a otros USD192millones, la mayor pérdida de reservas en el MULC de los últimos tres meses. De acuerdo a datos oficiales provisorios, las reservas brutas cerraron en USD25.205, es decir USD827 millones menos que una semana atrás. De esta forma, en lo que va del mes, la posición vendedora del BCRA asciende a un consolidado de USD1.374 millones, superando la peor marca para el mes de julio de la historia reciente, los USD1.284 millones de julio de 2022.
Es esta dinámica de drenaje de reservas la que justifica el pedido de devaluación por parte del FMI, explicaron en la administradora de fondos de inversión MegaQM, junto con el aumento de la brecha cambiaria. A esto, se suma el ruido electoral que hace que agosto sea la posición más caliente. En palabras de Salvador Vitelli, economista de Romano Group: “Todo apunta a que no van a devaluar, lo que sí hay procesos de mercado que sí pueden llegar a acelerarse y deteriorar más algunas variables si los números favorecen a candidatos más extremos y potenciar un desequilibrio macro adicional. A lo largo de esta gestión vimos momentos en los que las tasas implícitas han volado y aun así el BCRA ha logrado ganar esa pulseada”.
Para los contratos con vencimientos a más largo plazo, las tasas efectivas quedaron sensiblemente por debajo, con un ritmo devaluatorio implícito menor al 10% mensual, lo que revela que el temor a un salto devaluatorio, incluso con la fuerte corrección en las cotizaciones de este viernes, se concentra después de las PASO. Las expectativas del mercado conforme a la curva de tasas se traducen en que, dicho en castellano, si el Gobierno no devalúa ahí, entonces aguanta sin devaluar hasta fin de año.
Puntualmente, tal y como lo grafican las tasas de devaluación implícitas mes a mes que viene midiendo Aurum Valores, el siguiente repunte después del de agosto, es el que se observa entre los contratos de diciembre y de enero del año próximo, con un salto de poco más del 13% luego de la fuerte baja del día de hoy.
Con un desplome de entre $5 y $10 en cada contrato y sin descontar la posible intervención del BCRA para consolidar la baja, el mercado de futuros reaccionó a las medidas propuestas que se fueron conociendo en mitad de la rueda que encarecerían con impuestos adicionales algunas importaciones más que otras con una recarga del impuesto PAIS y la de un nuevo dólar-estímulo de $350 para las exportaciones de cereales (no de soja) con el que fortalecer las exangües reservas. Ambas no solo acercarían posiciones con el FMI para la llegada de otro desembolso, sino que permitirían al BCRA administrar un tiempo más la escasez de divisas.
Al respecto, Martín Polo, jefe de Research de Cohen explico a BAE Negocios que “Por ahora, no hay ninguna medida; el mercado se movió sobre el rumor. Hasta las PASO hay consenso que no habrá salto cambiario, pero luego entre agosto y octubre estás muy expuesto. El Gobierno seguirá insistiendo con más control de cambios y dólares diferenciales para evitar el salto del oficial hasta esa fecha. Claro que con el costo de darle mayor presión a la inflación, a la brecha y a más recesión. El debate está entre si eso le alcanza o si la dolarización va a ser tan fuerte que no aguante. Entre esos escenarios se debate el mercado. Así, para el que cree que aguanta, el dólar futuro de agosto, que tiene implícita una devaluación del 15%, está caro”.