Macroeconomía

Por la sequía, consultoras agravan sus proyecciones para el PBI

Una contracción de solo 1% pasó a ser optimista; ahora las estimaciones rondan el 3,5%. De confirmarse, el mandato de Alberto Fernández cerraría con una caída del 1,9%

Marcisoca

Las lluvias llegaron tarde para salvar la cosecha gruesa, por eso economistas y consultoras están ajustando a la baja sus proyecciones para el PBI de 2023. Ahora, los pronósticos promedian una contracción del PBI del 3,5% para este año, lo que dejaría al mandato de Alberto Fernández con una caída del 1,9% punta a punta. Además de ser más chica la torta, la población siguió creciendo por lo que, de confirmarse los pronósticos, el PBI per cápita a final del mandato sería 5,5% más chico que cuatro años atrás.

Así, las proyecciones de una contracción del PBI del orden del 1%, que hasta diciembre parecía lo más probable, ahora pecan de optimistas. En el eventual caso de que la caída en el nivel de actividad sí se acote a este 1%- por un repunte de los precios internacionales o ingresos adicionales de divisas que permitan sostener el nivel de actividad en los sectores no agroindustriales-, entonces Alberto Fernández podría concluir su mandato con un tenue repunte del PBI del 0,7%. Repunte que, de todos modos, implicaría una reducción del PBI per cápita del 3%.

Martín Rapetti, economista y director de la consultora Equilibra, lo sintetizó así: “El brutal impacto de la sequía que se reveló durante marzo cambió lo que pensábamos hace poco más de un mes atrás. Primero, anula toda posibilidad de considerar un escenario optimista, al que a principios de 2023 le asignábamos una baja chance de ocurrencia, pero chance al fin. Ese escenario suponía que, si el efecto “Niña” comenzaba a esfumarse a mediados de enero —conjetura a la que los mapas de clima le asignaban una posibilidad alta—, si el gobierno conseguía financiamiento externo adicional a la activación del swap con China y si la incertidumbre política disminuía, la actividad podía tener una leve suba (+2%) y la inflación bajar al rango de 70-80%. Ese escenario tiene hoy probabilidad cero”.

“El escenario más probable, que a principios de año suponía una inflación similar a la de 2022 (algo arriba de 90%) y una contracción económica suave (-1%), ahora ha mutado a un cuadro estanflacionario agudo: una inflación con un piso de 110% interanual y una actividad que se contraería algo más de 3%. Pero también se ha agravado y aumentado las chances del escenario pesimista. En esencia, éste supone una contracción muy fuerte de la actividad (mayor al 5%) y una tasa de inflación que en algún momento del año alcanzaría los dos dígitos mensuales”, agregó.

En este sentido, desde la consultora Invecq celebraron que el Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec haya registrado una suba en enero luego de cuatro meses en baja, pero aclararon que ese repunte no se ve sostenible a la luz del faltante de divisas que deja la sequía, divisas necesarias para mantener el nivel de actividad en los sectores de la economía que en enero seguían en alza.

“A pesar de este repunte mensual, la perspectiva para la economía en 2023 sigue siendo desfavorable. Uno de los motivos es meramente estadístico. A diferencia del 2022, el 2023 tiene “arrastre estadístico” negativo. Tal como anticipamos en ocasiones anteriores, la contracción económica comenzó en septiembre del 2022. Las cuatro caídas mensuales consecutivas al cierre del año dejaron un nivel de actividad al último trimestre menor al del promedio del año. Puntualmente, si la economía se mantuviera estancada respecto del nivel de actividad Q4:2022, el año cerraría con una caída del 1,8% (el arrastre respecto de diciembre exclusivamente es de -3,3%)”, detalló la consultora.

En el mismo sentido, desde Ecolatina, aclararon que en caso de que la economía se estanque en el nivel de enero, en la comparación con el año pasado, 2023 terminaría con una caída del 0,8% del PBI No obstante, esto no lo ven posible porque en el segundo trimestre se hará sentir el impacto de la sequía en todas las cadenas de valor anexas a la agroindustria. Solo por el impacto directo de la sequía en el sector agropecuario, ya la incidencia en el PBI es de una caída adicional de 2, 2 puntos.

A todo esto, habría que sumar los efectos monetarios y financieros. Sin dólares y con devaluaciones sectoriales temporarias como el dólar-agro que se espera dé a conocer Sergio Massa en los próximos días, la inflación tendrá un nuevo impulso tanto por el traslado a precios de las materias primas como por el bombazo de emisión monetaria que significaría. Esto, bajo los términos del acuerdo con el FMI, necesariamente exige un nuevo aumento de las tasas de interés, es decir, otro impacto recesivo para la economía. De allí que otras consultoras tengas proyecciones incluso más pesimistas. Para Econviews, por ejemplo, la caída del PBI será del 4% en 2023 y para EcoGo, del 4,3%.

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