Sin avances en las negociaciones con el FMI, la brecha se amplía y baja el dólar futuro
Las dudas sobre la llegada de un desembolso antes de fin de mes apuró al alza a los dólares paralelos, pero el horizonte en los futuro muestra cada vez más lejana una devaluación
Sin dar detalles, el FMI confirmó este jueves en su ronda semanal de prensa que las negociaciones con la Argentina no están avanzando en los plazos deseados y siguen en conversaciones. Y aunque no precisaron cuáles son los puntos en los que hay desacuerdo, el mercado empezó a dudar. Por ende, se agitaron las cotizaciones de los dólares paralelos y la brecha quedó al borde del 99%, previendo que el poder de fuego del BCRA se concentre en el oficial y se aleje de los bursátiles. Los futuros de dólar siguieron en baja disolviendo del horizonte las proyecciones de devaluación que se posaban sobre fin de año.
Por la mañana, Julie Kozack -actual directora de Comunicaciones del FMI y anteriormente al frente del staff técnico para el seguimiento del acuerdo con Argentina- aseguró que ambos equipos siguen "trabajando intensamente" en la recalibración de las metas que permitirá un desembolso de divisas con el que cancelar, sin sacrificar más reservas internacionales, los USD2.600 millones que el país se comprometió a abonar el 31 de julio. A su vez, reconoció que el contexto es "muy complejo y desafiante", lo que sugirió que en lo inmediato no habrá novedades incluso si la comunicación es "muy constructiva" tal y como aseguró el equipo de Massa.
Hasta el momento, nunca pasaron menos de 16 días desde que Argentina tuvo el visto bueno del staff hasta que el Board del organismo autorizó un desembolso, por eso en el mercado crecen las dudas acerca de la factibilidad de que los Derechos Especiales de Giro (DEGs) lleguen antes de fin de mes. Al fin y al cabo, el 1 de agosto también vencen casi 340 millones de DEGs, es decir, otros USD45,6 millones.
Si bien el recurso de volver a abonarle al FMI con yuanes del swap está disponible, esto implicaría un retroceso adicional sobre las reservas netas y, consecuentemente, menos grados de libertad para el BCRA en su política de administración de los tipos de cambio, más específicamente de la brecha cambiaria. En este sentido, los dólares paralelos retomaron el sendero alcista y al cierre de la jornada el CCL mostraba un avance del 2% hasta los $526, esto es 98,9% por encima de los $264,38 del cierre del dólar mayorista. El MEP avanzó 0,6% también en medio de la creciente incertidumbre y el blue se sumó con un avance del 1,4% hasta los $512, su nuevo máximo histórico.
En cambio, el dólar futuro siguió comprimiéndose en casi la totalidad de sus contratos. Por ejemplo, el dólar a fin de año –que a mediados de mayo se negociaba a un máximo de $546- cerró a la baja en $505 en la pizarra de Matba-Rofex sin un salto devaluatorio abrupto en el horizonte. La aparente paradoja se explica por dos vectores: en primer lugar, la prioridad que el mercado espera que el BCRA le dé al tipo de cambio oficial por sobre los paralelos en el uso de las escasas reservas disponibles incluso si eso implica conllevar una brecha cambiaria algo mayor; y en segundo término, porque el BCRA conserva margen para intervenir en este segmento del mercado en el que se comprometen seguros de cotización que se pagan con pesos y no en divisas.
En este sentido, el economista de VDC, Pablo Besmedresnik explicó a BAE Negocios que "Si bien no se descarta la intervención oficial, el carácter dual de Massa ministro y candidato presidencial fortalece la idea de que la política económica hará todo lo que esté a su alcance para mantener los diferentes tipos de cambio lo más estables posible, creciendo por debajo de la tasa de interés y de las expectativas inflacionarias. Lograr que la inflación al menos decrezca en el margen, es todo un activo para el Gobierno en pleno proceso electoral, aunque siga en niveles altísimos. En ese marco, el esfuerzo en retener el crecimiento del dólar oficial entiendo que será el máximo posible, por el impacto que genera en la formación de precios, en las expectativas. Por las herramientas disponibles, es probable que la brecha cambiaria se expanda en estos meses".
"Existe confianza en que la autoridad hará su máximo esfuerzo en sostener el tipo de cambio oficial, obviamente no en que lo sostendrá por tiempo ilimitado. Parece existir un consenso que luego de las elecciones, más rápido o más lentamente, comenzará a deslizarlo hacia los otros tipos de cambio, con la expectativa de que la brecha tienda a reducirse y la economía a normalizarse. En ese sentido, ayudará el hecho de que el año entrante habrá mayor ingreso de divisas por el lado comercial (5 puntos del PIB adicionales por USD20.000 millones del agro, el cambio de signo en la balanza energética y el litio). En contra, el exigente plan financiero, que con alguna probabilidad adolecerá de una renegociación, una vez despejado aunque sea parcialmente el panorama electoral", agregó.