CANASTA BÁSICA

Una familia necesitó casi $600.000 para no ser pobre en enero

La canasta de bienes y servicios que mide la pobreza subió a un ritmo menor al que exhibió en enero. Como contraparte, sin embargo, la caída real de los salarios no se detendrá en la primera parte del año

Jmpollio

El costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 18,6% en enero, es decir, una paraja con cuatro hijos necesitó un piso de $285.661 para no caer en situación de indigencia, mientras que la misma familia tipo necesitó percibir ingresos por casi $600.000 para no ubicarse por debajo de la línea de pobreza, según la Canasta Básica Total (CBT). Pese a que se trata de una desaceleración del salto de diciembre, el consenso es que la caída de los salarios se prolongue durante los próximos meses. Según privados, una familia tipo de clase media necesitaría más de un millón y medio de pesos para sostener su nivel de vida y calidad de servicios para marzo. 

Los datos se desprenden del último informe del Indec que se publicó este martes. En ambos casos se tratan de desaceleraciones notorias frente a lo que representó diciembre, mes marcado por el salto del 118% en el dólar oficial y el fin de los acuerdos precios. Así, la suba del 18,6% en la CBA de enero representó un recorte de 11,5 puntos contra el dato del último mes de 2023 (30,1%), mientras que en la CBT la desaceleración fue de 6,4 puntos contra diciembre (27%).

Se trata de la primera vez desde junio que la Canasta Total subió por encima de la Canasta Alimentaria. La diferencia radica en que la CBT también toma en consideración bienes y servicios no alimentarios, a saber: indumentaria y calzado; vivienda, equipamiento y funcionamiento del hogar; atención médica y gastos para la salud; transporte y comunicaciones; recreación y cultura; educación; y bienes y servicios varios. En este sentido, solo las categorías de vivienda y educación subieron por debajo del promedio general de la CBA, según el IPC que el Indec publicó también este miércoles

De todas maneras, la canasta que mide la indigencia acumuló un incremento de 296,4% en los últimos 12 meses; mientras que la que mida la pobreza ascendió 263,9% en el mismo período.

Hacia delante, un informe de Focus Market estimó que "la canasta de consumo masivo para una familia tipo para marzo sería de $420.000, incluyendo alimentos, bebidas, artículos de limpieza y cuidado personal". A eso le sumaron la canasta de servicios, que según sus cálculos, valía unos $564.726 en noviembre.

Sin embargo, para marzo pasaría a costar $1.159.902, un aumento del 105% en 5 meses. "Es decir que una familia tipo de clase media necesitaría $ 1.579.902 para sostener su nivel de vida y calidad de servicios al iniciar el tercer mes del año 2024", informó la consultora de Damián Di Pace.

 

La caída de los salarios 

En la vereda opuesta, los salarios no dan señales de recomponerse en el corto plazo. Según ACM, "las expectativas marcan una elevada inercia en el nivel general de precios -aunque con tendencia a la baja-, por lo que es esperable que la dinámica actual de pérdida del poder adquisitivo de los salarios se acentúe en la primera parte del año".

Por su parte, Ecolatina sostuvo que "el shock nominal que significó la devaluación y que continuará con las sucesivas subas de tarifas y precios regulados se trasladará a la dinámica salarial". En este sentido, pronosticó "una continuidad del deterioro del poder adquisitivo a lo largo del verano, que se estima será superior a 10%, pero que además profundizará la disparidad salarial entre distintos sectores".

Con un diagnóstico similar, desde Fundación Capital, afirmaron que "el ingreso real de los trabajadores formales en diciembre tocó mínimos desde la crisis del 2002". Mientras que para este año esperan una nueva baja en el poder adquisitivo de los asalariados registrados del sector privado, equivalente al 10,5% interanual, "en línea con negociaciones limitadas por la contracción en la actividad económica". Por su parte, el segmento informal tendrá incluso un peor desempeño, con un desplome del 25% interanual. 

"Así, frente a lo que podría ser el séptimo año de caída en el poder de compra de las familias, se enciende una luz de alerta que podría ser un freno a la política económica, más aún si la recuperación se demora en llegar", agregó el centro de investigación. 

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