La misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó su visita a Buenos Aires tras una semana de trabajo conjunto con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central. Se trató de la primera revisión de metas del acuerdo de facilidades extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) firmado en abril por un monto total de USD 20.000 millones.

“El equipo técnico del FMI, encabezado por Bikas Joshi, concluyó su visita a Buenos Aires como parte de la primera revisión del acuerdo bajo el EFF”, confirmaron desde el organismo. 

En una breve declaración, añadieron: “Las conversaciones con las autoridades argentinas continúan siendo constructivas. En el marco de dicha revisión, continuaremos trabajando en los próximos días y brindaremos más información sobre los próximos pasos a su debido tiempo”.

El ministerio de Economía no realizó comentarios sobre la visita ni el tono de las discusiones, aunque todo indica que el principal tema de conversación fue la acumulación de reservas en el Banco Central, una meta acordada que el Gobierno no cumplió y por el cual va a recibir un waiver, o “perdón”, del organismo multilateral de crédito.

La acumulación de reservas se transformó en el eje más delicado del acuerdo. Desde el Banco Central explicaron que no se trata de una necesidad urgente. “No nos faltan reservas, sobran reservas”, indicó el vicepresidente de la autoridad monetaria. “Macroeconómicamente no necesitamos más. No las vamos a usar”, sostuvo en una exposición ante el sistema financiero. A modo de ejemplo, mencionó que “de los USD 12.000 millones que nos dio el Fondo, no vendimos nada”.

La lectura oficial es que el Tesoro viene adquiriendo divisas para atender vencimientos y que el acceso gradual al mercado reduce la presión sobre las arcas del Central. “La necesidad de tener reservas es menor en la medida que ganes acceso al mercado”, argumentó.

Según los cálculos del mercado, al 13 de junio, fecha considerada para el corte original de la revisión, la distancia entre el objetivo establecido y las divisas efectivamente acumuladas rondaba los USD 4.000 millones. Sin embargo, desde el oficialismo relativizaron ese número al señalar que la medición “no se hace nunca el último día de una negociación”.

Otro punto bajo análisis fue el uso de contratos de dólar futuro. En mayo, la posición del Banco Central en este instrumento creció unos USD 1.500 millones. La expansión fue interpretada por operadores como una forma de contener al tipo de cambio dentro del esquema de bandas flotantes.

Desde el Ministerio de Economía descartaron cualquier incumplimiento. El viceministro explicó que la suba respondió a un contrato puntual que generaba “distorsión en el mercado”, y que la operación se discutió con el FMI en el marco del programa vigente. “No hay nada más lejano ni que asevere esa afirmación. Tenemos un tipo de cambio flexible, el dólar se mueve solo por oferta y demanda”, aseguró.

Joshi, economista nepalí y miembro del staff técnico del Fondo desde 2002, asumió en diciembre como uno de los tres jefes de misión para la Argentina, junto a Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja. Su experiencia incluye funciones como jefe de misión en México, analista en el departamento de Medio Oriente y Asia Central y enviado permanente en Moscú.

Durante esta primera evaluación, el staff del FMI analizó los indicadores económicos tras poco más de dos meses de implementación del acuerdo. De los USD 20.000 millones comprometidos, ya fueron desembolsados USD 12.000 millones como refuerzo de reservas.

El nuevo programa impone exigencias estrictas, particularmente en materia de acumulación de divisas. Según estimaciones privadas, el Gobierno se encuentra unos USD 4.000 millones por debajo de la meta acordada para esta etapa del año.

En cambio, el objetivo fiscal fue alcanzado con holgura. De acuerdo con el Palacio de Hacienda, el sobrecumplimiento rondó el billón de pesos.